Objetivo “llegar a las elecciones”: Faltan dólares y crece la tensión en el Gobierno
El Presidente debió salir a desmentir una salida devaluatoria en el arranque de la semana para intentar despejar fantasmas y llamó a sus funcionarios a dar la cara. Por las contrariedades con el FMI, “Toto” Caputo le prende una vela a un campo que comenzó a liquidar tras la baja transitoria de retenciones. Se interviene en el mercado para mantener a raya al dólar.
El malestar en el equipo económico de Javier Milei ya no se puede disimular. La principal variable para controlar la inflación, único estandarte del Gobierno para validar su gestión en las elecciones de medio término, depende de que el Poder Ejecutivo pueda domar el precio del dólar y poder aumentar las reservas del Banco Central. Dos misiones que a esta altura son toda una proeza.
Con una cuenta corriente deficitaria para lo que se espera en este año, producto de un dólar que se mantiene sin variaciones hace meses, que alienta los gastos por turismo y las compras online en el exterior, y también por una mayor actividad que hará que salgan divisas para los insumos importados, el escenario de estabilidad que maneja el Gobierno para llegar a las legislativas es incierto.
“No vamos a devaluar de ninguna manera”, bramó el Presidente, durante la entrevista televisiva que tuvo con Antonio Laje en el comienzo de la semana intentando dar señales al mundo de los “mercados”.
Ya lo había hecho también el fin de semana en una nota que publicó en el diario La Nación. “De ninguna manera el tipo de cambio está atrasado”, recalcó. En la historia de nuestro país, cuando un jefe de Estado tiene que salir a dar este tipo de declaraciones, los nubarrones en el horizonte son oscuros.
Mientras tanto, crecen las versiones de que Milei y Caputo decidieron comprar bonos AL30 para mantener a raya el tipo de cambio, con los dólares que provienen del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES. Habían tenido que quemar 400 millones de dólares para contener el valor del dólar MEP. Todo a través del nuevo titular de la administración de la Seguridad Social Fernando Bearzi, que fue asesor financiero de Caputo en la empresa offshore Noctua, que tiene sede en las Islas Caimán.
Lo cierto es que una de las principales fuentes de ingresos de dólares frescos sería, a la espera de que el campo aumente su liquidación de granos tentados por la baja temporal de retenciones, vía endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las perspectivas de que el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo logre un acuerdo que blinde a la Argentina con 10 mil millones de dólares del organismo multilateral se empantanan a medida que pasan las horas.
El último tembladeral en la relación se originó luego de que no haya habido ninguna comunicación oficial de avances tras la visita de la misión técnica del FMI en Buenos Aires. Es importante el detalle de que quien encabeza esta congregación se trata de nada más y nada menos que del venezolano Luis Cubbedu, de estrecho vínculo con su predecesor Rodrigo Valdés, el chileno que estaba al frente de las negociaciones con el Gobierno. Era a quien Milei tildó de “comunista”.
El combo de exigencias de la burocracia del Fondo es uno que no por viejo deja de ser un clásico del organismo, para cualquier tipo de acuerdo con los países a los que tiene sujetados: además de una brusca devaluación, reclaman una banda de flotación libre y ponerle el fin al “cepo” cambiario que Milei dijo que quitará en 2026. Demasiado para lo que Caputo puede tolerar. Al exfuncionario macrista se le acaba el crédito con Milei, y lejos está de darle soluciones a la falta de financiamiento del plan económico.
Es por eso que “Toto” tuvo que salir a dar buenas noticias de su última jugada de “timba” para despejar fantasmas. El Gobierno licitó un título atado al dólar a enero de 2026 para renovar vencimientos por cerca de 6,6 billones de pesos, de los cuales refinanció 5,2 billones.
Esa diferencia deberá sacarla de su colchón de liquidez. “Ofrecimos un dólar link para los que veían atraso cambiario, pero no tuvo demanda…”, disparó el ministro en Twitter X. Casi como una maniobra infantil, porque los grandes jugadores del mercado no huelen devaluación en la proximidad (aunque sí en el mediano plazo), pero sí marcan que el valor de la divisa está “atrasado”.
Menor suerte tuvo Caputo con los compromisos por 6,8 billones de pesos programados para marzo de este año, que buscaban patear hasta noviembre: solo consiguió el 7 por ciento de adhesión.
Pero, sacando en limpio, el mercado esta semana le dio la espalda al equipo económico. A pesar de que en la última rueda financiera del miércoles la Bolsa subió 0,5 por ciento y los títulos públicos lo hicieron en casi un 1 por ciento, la mira de los especialistas se posa en explicar a qué se deben las turbulencias financieras.
Los bonos argentinos cayeron más del 8 por ciento en Wall Street, el Merval llegó a su mínimo en los últimos 90 días y el riesgo país que confecciona el JP Morgan subió casi un 30 por ciento, desde su pico más bajo de 570 puntos básicos, hasta llegar a superar cómodamente los 700 el martes. Aunque este miércoles bajó y se ubicó por encima de los 670 puntos, lo que preocupa es la tendencia.
El Gobierno mantiene sus intenciones de potenciar la motosierra para mostrar su disciplina fiscal ante los acreedores, pero lo principal es que entren dólares frescos porque la sangría no para. En eso, el sector agroexportador comienza tibiamente a ayudar: se registraron exportaciones por más de 900 millones de dólares desde que el Gobierno lanzó la baja temporaria de retenciones hasta junio. Es casi lo mismo que se gastó solo en el mes de enero por argentinos vacacionando en el exterior, con máximos históricos de deuda en dólares por uso de la tarjeta de crédito.
El ruido entre Milei y Caputo flota por lo bajo, a pesar de que ambos lo desmientan ante los comunicadores amigos y las milicias digitales adeptas. Hay disputas dentro del equipo económico por la línea oficial de la Casa Rosada de ir a fondo contra los economistas que advierten que el Gobierno chocará contra la pared si quiere mantener a raya el valor de la divisa.
El caso testigo de la eyección de Sonia Cavallo de la OEA, tras las palabras de su padre Domingo Cavallo, que pasó de ser para Milei “el mejor economista de la historia” a ser “un impresentable” genera ruido interno. El Presidente, junto con Karina y Santiago Caputo, van a fondo en la “batalla cultural” contra lo que el mandatario denomina los “econochantas”, escrachándolos en las redes sociales y canales de streaming oficialistas. Para el ministro, este clima de virulencia no ayuda frente a la mirada del mundo financiero internacional, en momentos en que el acuerdo con el Fondo sigue a la deriva.
Las versiones de que la hermana y secretaria General de la Presidencia editó la entrevista que Caputo realizó en el canal de Youtube Carajo, que conduce Daniel Parisini “El Gordo Dan”, se extienden. La nota salió un día después de su grabación y se sugieren cortes significativos de parte de “El Jefe”.
Por ahora no hay portazo a la vista, pero la marca registrada de este gobierno es que no hace falta dar señales concretas para que se produzcan salidas intempestivas.