Las provocaciones de Fran Fijap durante la manifestación frente al Congreso por el aval de los legisladores al veto de ley de Presupuesto Universitario, y la posterior corrida a una casa de empanadas, hicieron saltar a la fama al influencer de ultraderecha. Pero no es el único.

Fijap fue socorrido con llamativa celeridad por parte de un grupo de personas que, vestidos de civil, lograron separarlo de la muchedumbre que le asestó algunos golpes. Particularmente uno de ellos, que usaba campera inflada, anteojos de sol y una gorra, y se puso entre la puerta del local y los manifestantes para que no puedan acceder.

En ese instante, desde adentro del comercio, comenzaron a arrojar gases lacrimógenos a la calle. Esto ponía manto de sospecha sobre el papel de infiltrados de la Policía Federal, al mando de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.  

Pero, con el correr de los días, afloraron detalles de una participación “ciudadana” para custodiar a Fijap: se trata de agentes inorgánicos reclutados para trabajos callejeros durante manifestaciones contra las políticas del Gobierno nacional. Y con esto, otros nuevos y oscuros personajes salen a la luz.

Este el caso de Matías Ivan Cheang, que se presume que no es su nombre verdadero y fue uno de los que tiró con gas pimienta en una granada desde adentro del local de la pizzería porteña, elemento que no es para el uso civil sino de las fuerzas uniformadas.

Cheang se autodefine como “influencer” en su red social de Twitter X aunque apenas supera los 1300 seguidores. Desde haces unos meses, Cheang está desocupado y quiere comenzar a figurar en la nómina de las fuerzas de seguridad y se encarga de repetir que ya ha ido “a varias marchas”.

Trabajó en la Policía Federal, y también en la Fuerza Aérea. Además estuvo en seguridad privada para empresas, y limpieza, también en otras firmas. Según se reporta en su perfil de Nosis, tuvo problemas de pagos comerciales en el pasado.

“No hay sentimiento más único que el de haber salvado una vida, prevenido un nuevo caso Báez, y poder haber logrado poner a resguardo a Fran Fijap, y darle la asistencia necesaria hasta el arribo de los servicios de Ordenamiento urbano y médico para su evacuación”, expresó en sus redes, comparando lo sucedido en el centro porteño con el lamentable asesino de Fernando Baez Sosa por parte de una patota de rugbiers en Villa Gesell.

Comentó una publicación del 15 de julio de la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), una de las cuatro áreas de la nueva SIDE recargada, en la que se manifiestan las tareas del organismo y cuáles son sus alcances en el “combate contra los delitos federales” dentro del territorio nacional. “¿Cómo podría entrar a la agencia?”, consultó dos semanas más tarde en ese posteo.

Ese mismo 30 de julio, quiso levantar el perfil, mostrándose como experto en seguridad, para lograr visibilidad. Cheang ya había logrado sacarse una foto con funcionarios del gobierno de Javier Milei. Lo hizo con la canciller Diana Mondino.

Unos días antes, Cheang había intentado establecer dialogo directo con Patricia Bullrich. “Sr. ministro, quisiera saber cómo poder comunicarme con usted, para así plantear unos temas. Soy exfuerza. Saludos, muy atte.”. 

NO ACLARES QUE OSCURECE

“Voy de forma voluntaria en apoyo a las fuerzas por si hay algún herido. Yo no soy ningún infiltrado”, sostuvo este fin de semana en A24.

Cheang planteó que fue parte de la Fuerza Aérea y que se alistó en la Policía Federal. Estuvo en la Escuela de Suboficiales uniformadas “Me sacaron del curso faltando tres meses para el egreso por unas calumnia e injurias que nunca se pudieron comprobar. Me inventaron cosas”, aseguró en esa entrevista.

Ahora estudia en el Instituto Universitario de la Policía Federal, haciendo el curso de fotografía pericial forense. Había estudiado Derecho en una universidad pública pero se fue por el “adoctrinamiento” de la institución.

Así define su accionar “cuentapropista” en las marchas y su oscuro vínculo con las altas esferas de la política: “Les digo a los policías que estoy en su apoyo a ustedes, y que si hay algún herido, o si hay alguien afectado por el gas, que me avisen. Esta vez llegué tarde, por eso quedé afuera del dispositivo. Le mandé un mensaje a un conocido en la Cámara de Diputados y me dijo ‘ahora vas, esperame’”.

En esa oportunidad llegó a tiempo, y ofició de patovica “por su cuenta” para resguardar a Fijap, y también reprimir como si fuera parte de las fuerzas de seguridad. La hipótesis de Cheang como espía inorgánico del aparato de Inteligencia no declarado no se descarta.

Lo seguro es que Cheang y sus infiltraciones (orgánicas o no) se repitan si las “fuerzas del cielo” se lo demandan.