Rossi: "Trabajo para fortalecer a Alberto y llegar bien a 2023, como hice con Cristina tras la derrota de 2009"
Charla exclusiva de Diagonales con “el chivo”. Su visión de la interna y la necesidad de unidad. Su relación con Cristina y Alberto. Juicio político a la Corte y su futuro político, ¿entra al Gabinete?
Agustín Rossi se apura a ponerse el saco y a correr el termo y el mate del centro de la escena para que no salgan en las fotos. “No sabía que venían con fotógrafa, esperá que me preparo” dice sonriente. El escenario es una sencilla oficina del anexo del Congreso a nombre de Germán Martínez, el nuevo jefe del bloque oficialista en Diputados tras la renuncia de Máximo y a quien Rossi apadrina. El “chivo” recibe allí a Diagonales con una humildad y generosidad dignas de destacar en alguien con su trayectoria y que no suelen abundar en la política. Tras las tomas de rigor, el mate, grande y amargo como se toma en el litoral de donde viene Rossi, vuelve rápido para darle batalla a sus bostezos. Su cruzada por la unidad y los rumores de su posible incorporación al Gabinete en las últimas semanas lo metieron en un raid cansador, pero que no le quita ni la firmeza ni la claridad política.
Con la interna del FDT copando todo, Rossi insiste en defender al Gobierno para llegar competitivos a 2023. Explica que tras la derrota en 2009, cuando muchos ya pensaban en el postkirchnerismo, él hizo lo mismo con Cristina para llegar al 2011.También, que la etapa política actual no puede compararse con otras, y que hay que matizar las decisiones con el difícil contexto de la economía que dejó Macri y una oposición unida, con representación electoral y liderazgos como ninguna que haya enfrentado el kirchnerismo. Encuentra la salida al laberinto de la interna siguiendo el hilo de la gestión y comunicando mejor el “vaso medio lleno”, que desde su mirada es digno de destacar. Cuenta que volvió a hablar con Cristina, que conversa más seguido con Alberto y que entiende la decisión de Máximo. El tiempo de la entrevista se estira y se alarga como los últimos pesos a fin de mes, pero el vocero de la unidad no deja pregunta sin responder.
¿Cómo ves la situación del país y las acciones del Gobierno?
-Estamos en el histórico dilema del vaso medio lleno y el vaso medio vacío. El Gobierno ha hecho una cantidad de cosas bien y tiene desafíos importantes por resolver, fundamentalmente dos, las políticas de precios y de ingresos. Pero esto en el marco de una economía con datos positivos como el crecimiento del 10,3%, baja de la pobreza y de la indigencia, superávit de la balanza comercial en este primer trimestre, recaudación fiscal por encima de la inflación, crecimiento de la industria. También vale destacar la desocupación del 7%, porque en los 4 años de Macri nunca se llegó a ese nivel.
"Me parece que el Gobierno tiene que anclarse en el vaso medio lleno para resolver los problemas que le faltan".
Me parece que el Gobierno tiene que anclarse en el vaso medio lleno para resolver los problemas que le faltan y que están en el vaso medio vacío. Creo que este dio una muy buena noticia con los bonos que se anunciaron, un esfuerzo y una inversión fiscal muy importante destinada a aquellos sectores que están más desprotegidos frente a la inflación y que más ayuda necesitan.
Dijiste que hay más unidad en la gente que en los dirigentes. ¿Cómo ves el rol de Alberto y de Cristina en la discusión de la interna oficialista, que hoy condiciona todo el contexto?
-Creo que eso es así, que el ciudadano de a pie adherente al FDT lo tiene muy claro, sabe que sin unidad es imposible ganar en el 2023. También reconozco que sólo con decir que nos unimos no alcanza, de hecho perdimos en las elecciones del año pasado. Pero claramente sin la unidad no se puede, la unidad es un valor en sí misma y yo siento que eso lo te reclama la sociedad. Alberto y Cristina son nuestros dos principales líderes en el FDT, claramente han demostrado que tienen diferencias sobre distintos temas, el más importante el acuerdo con el FMI.
"El ciudadano de a pie adherente al FDT sabe que sin unidad es imposible ganar en el 2023".
Pero el Gobierno, frente a las críticas que vienen desde adentro, no tiene que participar del debate interno, tiene que dedicarse a gestionar, tiene que dar respuestas como la que dio el lunes. Y también comunicar la gestión. Ahí hay una responsabilidad de los funcionarios, el vaso medio lleno tiene que ser comunicado, fundamentalmente por los funcionarios.
¿Sentís que falta una mejor comunicación?
-Sí, falta mejorar el relato. Pero el Gobierno no tiene que enojarse con las críticas, y si alguna le parece pertinente tiene que convertirla en una política pública. Me parece que este debería ser el temperamento del FDT de acá en adelante. El vaso medio vacío tiene muchos voceros y muy potentes, y el vaso medio lleno pocos voceros y poco potentes. Lo que hay que intentar transmitirle a los argentinos es ese vaso medio lleno. ¿Hay problemas y diferencias? Sí claramente, no lo vamos a negar. Pero hay cosas que se han hecho muy bien en un contexto muy difícil, con un Gobierno que gobernó en pandemia, ahora con la guerra más importante en los últimos 50 años, con una oposición muy intransigente y una Corte Suprema que claramente se planta como opositora, una deuda enorme que nos dejó el macrismo con el FMI.
"El vaso medio vacío tiene muchos voceros y muy potentes, y el vaso medio lleno pocos voceros y poco potentes".
En el marco de todas esas cosas el Gobierno fue resolviendo un montón de desafíos y eso merece contarse.
¿Cómo se recompone entonces el Frente de Todos? ¿Una mesa nacional con las distintas representaciones? ¿Un nuevo acuerdo entre Alberto y Cristina?
-Todo eso es bienvenido, pero no sale forzándose, se tendrá que dar naturalmente. Las diferencias no están en el plano personal, están en lo político. El mismo proceso político puede ir generando condiciones para que eso se produzca. Por eso lo mejor es que el Gobierno se dedique a gestionar, a resolver problemas, y que eso sea debidamente comunicado.
Pero a veces esa gestión genera choques. Traigo por ejemplo el tema de la energía.
-Ahí me parece que el Ministro de Economía tiene razón. Él puede gestionar con los que estén de acuerdo con la política económica. Creo que allí hay una decisión, el Presidente ha empoderado todas las veces que fue necesario al Ministro y hay que ordenarse en ese sentido.
Sobre Guzmán dijiste que quienes lo critican no plantean alternativas ni de programas ni de nombres. ¿Creés que dedicó demasiadas energías de su gestión en resolver el tema de la deuda y faltó un mejor manejo de la cuestión interna? La problemática de la inflación, por ejemplo.
-Lo que hizo Guzmán hasta ahora es absolutamente correcto. No solo es el Ministro de la deuda, también es el de 10,3% de crecimiento, el que bajó la desocupación al 7%, el que bajó la pobreza y la indigencia, el que sacó a la Argentina de la recesión profunda producto de la pandemia y el arrastre de los años del macrismo. Claramente es quien tiene que resolver la problemática de inflación, pero también es todo eso otro.
"Lo que hizo Guzmán hasta ahora es absolutamente correcto".
Resolvió el frente externo que era muy difícil de resolver, y ahora tiene esos dos grandes desafíos de los que hablaba antes y que los tendría cualquiera que estuviese en su lugar. Yo creo que Guzmán está bien encaminado y va a encontrar soluciones a estos dos desafíos. No veo que los problemas estén en el equipo económico, ni en Martín ni en Matías. Creo que están haciendo una muy buena tarea y que tienen que afrontar esos desafíos.
¿Y dónde sí están problemas si no es en el equipo económico?
-Los tenemos en el marco de la política, eso hay que asumirlo. Lo único que uno no puede hacer en política es desconocer los problemas. La única vedad es la realidad, y la realidad es que tenemos una coalición que todos sabíamos que tenía matices y esos matices tuvieron una expresión muy contundente alrededor del acuerdo con el Fondo, que inclusive significó que compañeros de La Cámpora y otros compañeros votaran en contra del acuerdo.
"Los problemas los tenemos en el marco de la política, no en el equipo económico".
Eso genera una estela y una serie de acciones que van generando diferenciación. Lo ideal sería tener eso resuelto, pero si no está resuelto el Gobierno tiene que enfocarse en la gestión.
Hablaste mucho del ingreso universal en las últimas semanas. Además de esa, ¿qué otras medidas creés que se podrían encarar desde lo económico para enfrentar esos desafíos que marcás en la política de precios y de ingresos?
-Hay que estar muy atento a cómo evolucionan los ingresos de los asalariados y la calidad del empleo este año. Porque el 7% de desocupación es cierto que está acompañado de un empleo que no está bien remunerado. Eso es lógico en el primer año tras tres años de recesión económica, porque empieza así la generación de empleo. El 7% de desocupación es el mejor indicador de defensa del mundo del trabajo, pero hay que ver cómo evoluciona. Tendría que seguir bajando la desocupación, menos empleo in formal y mejor remuneración.
Está claro que tenemos una distribución del ingreso que no es a la que aspiramos y en eso hay que trabajar. El ingreso básico universal es necesario para ir por los más vulnerables, los que más desprotegidos están. Cuando ves que con el 10,3% de crecimiento bajamos 4 puntos la pobreza y la indigencia se movió muy poquito, que los trabajadores informales perdieron contra la inflación, te aparece la necesidad de ese ingreso universal que termine con la indigencia y para que los trabajadores informales no pierda frente a la inflación. Creo que este es el camino que hay que sostener.
Sé que no te gusta que te pregunten por tu posible incorporación al Gabinete, así que no lo voy a hacer en términos personales. Pero en base a tus experiencias dentro del Ejecutivo, ¿qué se le podría sumar a este Gabinete en lo político?
-Eso es una definición muy clara del Presidente. Es muy difícil ponerse en sus zapatos a dar nombres o hablar en términos cualitativos, como decís vos. El Presidente es quien visualiza, evalúa y tiene el termómetro para definir cuál es el momento y cómo tiene que funcionar el Gabinete.
"El Presidente es quien visualiza, evalúa y tiene el termómetro para definir cuál es el momento y cómo tiene que funcionar el Gabinete".
Me cuesta, porque además aunque uno diga una frase muy genérica siempre tiene algún destinatario, así que no me gusta estar en ese lugar.
También fuiste parte del Poder Legislativo como presidente de bloque. ¿Cómo viste la actitud de Máximo Kirchner en la discusión y la votación de el con el FMI?
-Ser presidente del bloque oficialista es un lugar muy sensible, porque no solo tenés que cumplir con las múltiples funciones que cumplen los presidentes de bloque sino que además tenés la obligación de construir los consensos parlamentarios sobre las iniciativas del Ejecutivo.
"Es absolutamente entendible lo que hizo Máximo, no se puede defender lo que uno no cree".
Cuando vos no estás convencido de defender una ley y construir un consenso alrededor de esa ley, porque no creés en ella y estás en contra, me parece lógica y razonable una decisión como la que tomó Máximo. Que además liberó al Presidente para que pudiera designar a otro presidente de bloque afín a su idea y a su pensamiento. Y al mismo tiempo se liberó él mismo, porque al no tener la obligación de tener que representar a todos los Diputados del FDT, que la mayoría votó el acuerdo, él se pudo dedicar a representar a los Diputados que lidera. Es absolutamente entendible lo que hizo Máximo, no se puede defender lo que uno no cree.
En la otra vereda del Legislativo, ¿qué pensás de la ruptura del bloque oficialista en el Senado?
-Pienso que la Corte embarró la cancha y que los compañeros Senadores y Cristina dijeron bueno, si vamos a jugar en el barro juguemos en el barro. Así de simple. En el fallo de diciembre la Corte le dio 120 días al parlamento para que haga una nueva ley. El parlamento cumplió parcialmente, el Ejecutivo mandó un proyecto, el Senado lo trató y ahora lo tiene que tratar Diputados.
Sobre la división del FdT en el Senado: "Se dio una respuesta dentro de lo legal para alguien que te quiere atropellar".
Lo lógico y razonable hubiese sido darle más tiempo, 60 o 90 días más para que la Cámara de Diputados trate de generar consensos alrededor de esa propuesta. Y la Corte hace una barbaridad jurídica que es re implantar una ley que estaba derogada. Una ley derogada no existe, y la Corte no puede arrogarse facultades legislativas. Con lo que hizo generó claramente un conflicto de poderes. En ese marco, obliga a todo el mundo a jugar en esa cancha embarrada que preparó la propia Corte. Yo creo que los compañeros deben haber pensado, si JxC tiene la segunda minoría sólo porque tiene varios bloques, entonces tengamos dos bloques nosotros. Se dio una respuesta dentro de lo legal para alguien que te quiere atropellar.
¿Se debería avanzar en un juicio político contra Rosatti?
-Sin dudas. Contra los tres miembros que votaron la re implantación de la ley de 1997. Me parece que se equivocaron notablemente Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda. Porque hubiese sido mucho más transparente para la Corte decir “te doy 60 días más”, pero no lo hicieron por el objetivo juntar el poder del presidente de la Corte con el del presidente del Consejo de la Magistratura.
"Se debería avanzar en un juicio político contra Rosatti".
¿Y con respecto a la oposición? que llama a movilizar, presentan denuncias contra CFK, incluso los legisladores que podrían ver vulneradas sus propias facultades
-Los legisladores de JxC deberían defender el Poder que integran. La verdad que en lugar de hacer seguidismo de la Corte podrían reivindicar las potestades que tienen como legisladores.
Pasando a otro tema, trasciende por todos lados que el kirchnerismo, y específicamente Cristina, evalúan que 2023 está perdido en el plano nacional y se empieza a ver un repliega sobre la provincia ¿Creés que ella lo piensa realmente?
-No, no lo creo. Creo que Cristina va a hacer desde su mirada y su lugar todo lo posible para que el FDT gane las elecciones en 2023. No lo creo en absoluto. Y me parece ingenua la idea de que se pueda ganar la provincia de Buenos Aires si no se gana la Nación, aunque se desdoble la elección.
"Estoy convencido que Cristina va a hacer todo lo posible para que el FDT gane las elecciones".
Diría que si hay una provincia cuyo triunfo electoral está íntimamente ligado a lo nacional es Buenos Aires. Y estoy convencido que Cristina va a hacer todo lo posible para que el FDT gane ambas elecciones.
Planteaste una distinción entre “volver mejores” y “volver distintos”, y caracterizaste como inédita desde lo político y lo económico la etapa que se abrió en 2019. Explicame esas ideas.
-Cuando salió la frase volver mejores sentí que tenía un buen sentido pero que no me representaba completamente, porque implicaba que entre el 2003 y el 2015 no habíamos sido tan buenos y yo creo que fuimos muy buenos en las condiciones en las que tuvimos que gobernar. No se puede analizar la política sin analizar los contextos, la toma de decisiones tiene que ver con contextos. Esta etapa histórica no tiene reflejo en alguna otra etapa como para poder compararla. Hay diferencias políticas y económicas. En lo político, porque por primera vez desde 2003 tenemos un gobierno peronista con una oposición unificada, consolidada y con liderazgos. No lo tuvo Néstor en el 2003, cuando la oposición todavía no se había bajado del helicóptero de de la Rúa. No lo tuvo Cristina en 2007, recién en 2009 se armó el Grupo A y en 2011 Cristina le sacó 36 puntos de diferencia a Binner. Pero la situación de Alberto no fue así. Asumió casi con una paridad legislativa que impidió el avance de medidas como la reforma de la justicia, por ejemplo. Y una oposición unificada tiene horizonte de poder, trabaja para ganarte las próximas elecciones presidenciales, no trabaja pensando que vas a estar 8 años, esa es una primera diferencia.
"A Alberto le tocó gobernar con una oposición unificada".
La segunda es que llegamos con una arquitectura de coalición, maravillosa y simpática para ir a elecciones pero que encuentra sus limitaciones a la hora de gestionar. Y en lo económico, nunca la Argentina tuvo un endeudamiento como el que tuvimos con el Fondo con Macri. Néstor asumió después del default de Rodríguez Saá con los acreedores privados, con los cuales después hubo dos renegociaciones, pero al Fondo se le pagó hasta que se terminó de saldar la deuda. En el 2003 ya empezaba un crecimiento económico, que con Néstor se profundizó, pero ahora veníamos de dos años de recesión. Entonces, son momentos y coyunturas distintas y hay que actuar y tomar decisiones en base a ese contexto distinto.
¿Cómo ves el debate que se instaló en ese sentido entre radicalización y moderación?
-Creo que no es un debate correcto. ¿Alberto fue un moderado con la ley del IVE cuando todos le decían que no era el momento, que no estaba obligado? Él avanzó y se sancionó la Ley. ¿Fue moderado cuando declaró servicios públicos y esenciales las telecomunicaciones, o cuando le sacó parte de la coparticipación que tenía Larreta para dársela a Axel? Me parece que es falsa esa construcción política.
"Me parece que es momento de frenar y decir 'éstas son las realidades que tenemos'".
Es muy fácil cómo nos enganchamos en esas cosas, y me parece que es momento de frenar y decir “éstas son las realidades que tenemos”. El acuerdo con el Fondo por ejemplo. No fue todo lo que queríamos que fuera, pero hay que reconocer que fue el mejor acuerdo que consiguió un país en la historia del FMI. De esto se trata, de analizar una realidad muy compleja sin ningún tipo de clichès, es una realidad que no encaja en categorías de blanco o negro.
En este contexto difícil desde lo político que describís, ¿cómo se hace para avanzar en medidas de ampliación de derechos y redistributivas?
Con voluntad y decisión política y generando los consenso que se puedan generar. Y si no se puede, seguir insistiendo. El Gobierno tiene que avanzar en ese sentido. El impuesto a la renta inesperada que anunció Guzmán, por ejemplo, es un tema que va a lograr consenso en la sociedad y se va a ganar el debate en el Congreso. Yo creo que eso es lo que el Gobierno tiene que hacer, avanzar con medidas en ese sentido. No comparto esa mirada de que el Gobierno es moderado o tibio. Alberto ha tomado y toma decisiones permanentemente.
¿Cómo quedó la relación con Cristina después de discusión por las listas del año pasado?
-Muy bien. Reestablecí el diálogo con ella, charlo con ella. Menos que con Alberto pero hablo.
¿Alberto tiene que ir por su reelección el año que viene?
-Lo ilógico sería que no lo piense, ¿no? Nadie que llegue a liderar un ejecutivo se imagina gobernando sólo cuatro años. Después la realidad marcará, pero que él tenga la voluntad de ir por la reelección creo que es sano y está bueno para el Gobierno.
"Sería ilógico que Alberto no piense ir por la reelección".
¿Pero tiene que ser el candidato del Frente de Todos?
-Creo que si nosotros reacomodamos la gestión Alberto va a ser uno de los candidatos más competitivos del FDT, sino es el más competitivo.
¿Cómo lo ves a Massa?
-A mi criterio siempre hizo aportes positivos. Me parece que cuando hay crisis además tiene un poco más de relevancia porque es la tercera pata más chica del FDT, pero me parece que siempre ha jugado positivamente. Desde su lugar, porque tampoco esconde lo que es ni en política internacional ni en política económica. Tiene posicionamientos, pero a la hora de la construcción del FDT siempre ha estado muy bien.
Tenemos una cultura política y un sistema político muy presidencialistas, sin embargo hoy todo parece tender a las coaliciones, que a su vez no funcionan demasiado bien. ¿Cómo observás ese fenómeno?
-Creo que las coaliciones vinieron para quedarse, que la Argentina está en un bicoalicionismo. Ambas coaliciones van a ir mejorando y van a tener resuelto gran parte de los problemas que hoy tienen en la medida que vayan institucionalizándose. Me parece que el camino es ir generando mecanismos al interior de la coalición. Nosotros tenemos una coalición diferente a la que tuvo Cambiemos, porque ahí estaba claro que el liderazgo era de Macri. En el FDT la figura política más importante por historia, por liderazgo, porque fue ocho años presidenta es la segunda dentro de la coalición. Y quizás lo que no se charló previamente en el armado era qué pasaba cuando Alberto y Cristina tuvieran diferencias, quién tomaba la decisión. Porque una cosa es decir “el que tiene la lapicera es Alberto”, y otra cosa es aceptar que la use.
"Quizás lo que no se charló previamente en el armado era qué pasaba cuando Alberto y Cristina tuvieran diferencias, quién tomaba la decisión".
Pero eso significará un aprendizaje para nosotros y también para JxC, que es cierto que no se rompió durante este tiempo, pero se multiplicó por una cantidad infinita de bloques y que tienen muchas diferencias. Y también que nuestras diferencias se notan más porque los medios opositores las hacen notar más y porque estamos en el Gobierno.
"Una cosa es decir 'el que tiene la lapicera es Alberto', y otra cosa es aceptar que la use".
Entonces, en este bicoalicionismo, ¿hay Frente de Todos para rato? ¿No ves posibilidades que se parta?
-Yo creo que tenemos una gran ventaja que es hacer una utilización correcta de las PASO. Si las diferencias políticas que hoy se expresan se mantienen para el año que viene, que se diriman en las PASO.
Y si se pierden las elecciones, como le pasó a Cambiemos, ¿ves que pueda seguir unido el Frente?
-Habrá que ver. Pero si me preguntás a mi habría que mantenerlo unido, porque la posibilidad de volver a ganar es esa. Hoy tenés dos frentes políticos que tienen el 40% de los votos y puede ser que la próxima elección se gana por uno, dos o cuatro puntos. Esa elección del 2011 de 54% a 18% no existe más. Me parece que eso es lo que tendríamos que hacer.
¿Cómo sigue tu futuro político?
-Tengo claro lo que quiero hacer en esta etapa. En 2009 después de perder las elecciones y tras el conflicto de la 125 habíamos quedado golpeados con el Gobierno, tuvimos rupturas y gente que se alejó, yo perdí como 15 Diputados en el bloque, se conformó el Grupo A. Y había toda una teoría de que el kirchnerismo se había terminado, que había que empezar a construir el poskirchnerismo. A los que me venían a decir eso, yo les decía que no estaba de acuerdo, que la única posibilidad de ganar las elecciones en el 2011 era fortaleciendo la gestión de Cristina.
"Trabajo para fortalecer la gestión de Alberto y que lleguemos en las mejores condiciones a las elecciones de 2023, como hice con Cristina luego de esa derrota en 2009".
Néstor y Cristina nos dieron una lección de cómo se gobierna en la adversidad, generando una serie de leyes importantísimas en esos seis meses, finalmente se fortaleció la gestión de Cristina y ganó con el 54%. Hoy en el lugar que me siento cómodo es haciendo lo mismo con Alberto, trabajar para fortalecer la gestión y que lleguemos en las mejores condiciones a las elecciones de 2023, como hice con Cristina luego de esa derrota en 2009.