Sintonía fina por los dólares y el festival de importaciones de la CABA

La restricción externa o, dicho de otro modo, la falta de dólares, es el problema histórico que la Argentina arrastra desde hace más de medio siglo y que de una u otra manera terminó frenando todos los procesos de crecimiento económico  basados en el desarrollo industrial. La matriz económica agroexportadora, sumada a las dificultades políticas para una redistribución estratégica de las divisas que genera el agro, fueron límites contra los que chocaron en mayor o menor medida los distintos modelos desarrollistas de la Argentina del siglo XX y XXI.

Hoy, en una economía híper endeudada, la disputa por las divisas vuelve al centro de la agenda de distintas maneras y se convierte en una de las principales causas para explicar el desequilibrio económico actual. Con niveles de exportación récord al menos en una década durante el primer cuatrimestre del 2022, período en el que se vendieron bienes y servicios al exterior por 27.681 millones de dólares, la lógica indicaría que ese problema debería estar contenido. Pero en un contexto de restricción en el acceso a esos dólares y una brecha entre el oficial y los paralelos que ronda el 90%, las importaciones al dólar oficial barato constituyen una estrategia de los empresarios para capitalizarse ganándole a la inflación. Esa práctica especulativa llevó el nivel de importaciones también al récord en una década, llegando en el primer cuatrimestre a los USD 24.852 millones.

El ya famoso “festival de importaciones” que denunciara CFK y que en parte le costó el cargo a Matías Kulfas, es una de las causas que explica que esos niveles récord de exportaciones hayan dejado en las arcas del BRCA apenas unos USD 2.830 millones en el primer cuatrimestre. Sumado a esto, el déficit energético y la disparada de los precios internacionales de la energía aumentan la sangría de divisas y obligaron al Gobierno a comenzar a ensayar una “sintonía fina” en la administración de los dólares. 

Sintonía fina por los dólares y el festival de importaciones de la CABA

Primero, la llegada de Daniel Scioli al Ministerio de Producción con una impronta de contención política a la especulación empresaria, que el ex embajador en Brasil y candidato presidencial de 2015 ya comenzó a desplegar en un raid de reuniones con distintas cámaras. Ayer, se sumaron restricciones a las importaciones tanto desde Producción como desde el Banco Central, que expresó a través de su Presidente, Miguel Pesce, el objetivo de acumular mil millones de dólares de reservas en los tres meses en los que regirán esas nuevas restricciones.

La respuesta del mercado fue insistir en la corrida que viene empujando al alza las distintas cotizaciones de la moneda estadounidense. Hoy, el dólar blue llegó al nuevo récord nominal de $239 para la venta, marcando un alza de siete pesos, un 3%. En lo que va de junio el blue subió muy por encima de la inflación, al registrar un aumento de 32 pesos equivalente a un 15,5%. Las cotizaciones financieras también tocaron techos históricos, aunque finalizaron la jornada con leves descensos. El contado con liqui llegó a $255 y el MEP a $247, cerrando en $248 y $243 respectivamente. El BCRA, por su parte, compró USD 250 millones el lunes y USD 150 millones este martes.

Sintonía fina por los dólares y el festival de importaciones de la CABA

CABA Y SU FESTIVAL DE IMPORTACIONES

Así como CFK empujó al sistema político a poner su foco sobre la falta de control en las importaciones por parte de las empresas, una interesante clave de análisis resulta también hacer ese mismo ejercicio sobre el comportamiento de las distintas jurisdicciones del país. Un reciente estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), conducido por el consultor español Alfredo Serrano Mancilla, reveló la relación entre los dólares obtenidos por exportaciones y los asignados a importaciones de las 23 provincias argentinas y la CABA, con el objetivo de esclarecer “cómo contribuye cada provincia a explicar la abundancia o escasez de divisas en Argentina”.

El estudio, que lleva las firmas de Serrano Mancilla, Mariana Dondo y Guillermo Oglietti, concluyó que en 2021 sólo 9 provincias presentaron superávit comercial, sumando entre ellas unos 27,5 mil millones de dólares. La lista la integran Santa Fe, Córdoba, Chubut, Buenos Aires, Santa Cruz, Santiago del Estero, La Pampa, San Juan y Entre Ríos. 

En la cima del ranking está Santa Fe, con un superávit de USD 12.317 millones que casi duplica el de la segunda provincia superavitaria, Córdoba, que registró un balance positivo de 6.847 millones de dólares. Chubut es la tercera jurisdicción de la lista con un superávit de USD 2.272 millones, seguida por Buenos Aires con USD 2.209 millones y Santa Cruz con USD 2.119 millones. Las otras cuatro provincias con balanza positiva no llegaron a los mil millones de dólares de superávit.

Mirando la tabla de abajo para arriba, la CABA fue el distrito más deficitario del país con una diferencia negativa entre los dólares que generó por exportaciones y los que demandó para importaciones de USD 7.618 millones. “CABA es la principal consumidora neta de dólares y genera el 60 % del déficit de las jurisdicciones deficitarias -más que el resto de todas las provincias deficitarias juntas-, como consecuencia de que exporta menos del 1 % del total exportado por el país, pero importa el 13 %”, explica el documento de CELAG.

Sintonía fina por los dólares y el festival de importaciones de la CABA

Las 15 jurisdicciones deficitarias sumaron en conjunto unos 12,8 mil millones de dólares, pero ninguna otra más que la CABA pasó la barrera de los mil millones. Mendoza fue el segundo peor registro con un déficit de USD 760 millones, seguida por Misiones con USD -748 millones, Tucumán con USD -659 millones y Corrientes con USD -522 millones. Las diez provincias restantes tuvieron déficits menores a los 400 millones de dólares.

El estudio resaltó además que, en relación al saldo negativo de la CABA, “este cálculo no toma en cuenta la demanda adicional de dólares con fines especulativos que se realiza en CABA. De haberlo hecho, el saldo negativo sería aún peor”.

Estos números pueden ayudar a complejizar la mirada de sentido común instalada sobre la CABA como un distrito super eficiente, que genera más de lo que consume y financia de esa manera a otras provincias del país. El distrito desde el cual el macrismo se proyecta hacia el país es el segundo más importador detrás de la provincia de Buenos Aires, y sin esas importaciones a las que accede mediante divisas generadas en otras jurisdicciones difícilmente podría ostentar el poderío económico que hoy muestra. 

Sintonía fina por los dólares y el festival de importaciones de la CABA

En medio de discusión por la coparticipación, con la Liga de Gobernadores que ya agrupa a 17 provincias reclamando un mayor federalismo, estos datos le ponen medida a la discusión contra el centralismo porteño, discusión más antigua que la propia Argentina pero plena de  vigencia en aspiración de un país más justo.