El aislamiento continúa siendo la principal bandera de la política internacional del Gobierno Nacional. Tras las salidas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Acuerdo de París, el presidente Javier Milei planea dar su tercer paso en su cruzada trumpista y retirarse de nada menos que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Mientras tanto, sufre sus consecuencias la Argentina, que se perfila como el furgón de cola de los Estados Unidos.

Este miércoles, el líder de La Libertad Avanza (LLA) confirmó la medida que ya se rumoreaba desde Cancillería: la salida de la OMS. La decisión generó una ola de fuertes repercusiones sociales, mediáticas y, además, políticas, donde incluso la llamada oposición dialoguista se le plantó al Gobierno Nacional por lo antipático de la iniciativa. Pero eso no era todo: por la tarde llegó la noticia de que el Ejecutivo ordenaría abandonar también el Acuerdo de París ya que cree que el cambio climático “es un fraude”.

El tercer acto arribó este viernes: Milei analiza salirse del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Los motivos son sencillos: “No tenemos nada que hacer ahí”, consideraron desde la Casa Rosada según recogió Crónica. La medida se enmarca en un nuevo paso de la gestión libertaria en su agenda de “batalla cultural” esta vez en el plano internacional, donde el Gobierno intenta fijar a la Argentina como uno de los más fieles aliados -por no decir imitadores- de los Estados Unidos de América.

En ese sentido, la movida aislacionista del flamante presidente norteamericano Donald Trump parece ser el faro que guía el rumbo exterior de la administración de La Libertad Avanza. Esta semana, el empresario y referente republicano anticipó la salida de su país del Consejo de Derechos Humanos. Ni corto ni perezoso, el Gobierno argentino evalúa pronto adoptar la misma medida en aras de alinearse detrás de la Casa Blanca y, de paso, volver a marcar distancia de la ONU, con la que Milei mantiene diferencias ya evidentes.