La semana comenzó nublada por la performance de los principales índices del mercado internacional. El epicentro de la volatilidad fue la decisión de suba de tasas de interés el Banco Central de Japón a 0.25% (desde 0% - 0.10%). Esta modificación de política monetaria afectó severamente los precios de los activos financieros debido a que muchos inversores globales tomaban dinero prestado en yenes a un interés muy bajo, lo convertían a dólares y lo colocaban en otras inversiones que pagan un interés superior en dólares. 

Ahora, con una tasa más alta, se generó un desarme de posiciones que tuvieron un efecto derrame en los principales índices del mundo e inclusive hasta la cotización del Bitcoin (y otras criptomonedas) que retrocedió 11% en la primera rueda de la semana. Por otra parte, se dio a conocer el dato de desempleo en Estados Unidos, que pasó de 4.1% en junio a 4.3% en julio, lo que sumó nerviosismo en los mercados ante la posibilidad de un enfriamiento en la economía americana.

En el plano local, las noticias tuvieron su mayor impacto durante la rueda del lunes, con los tipos de cambio financieros y un arranque muy negativo que hizo que el riesgo país cruzara la barrera de los 1.700 puntos durante la mañana (no llegaba a esos niveles desde febrero). No obstante, por la tarde, con la recuperación de los bonos finalizó la rueda en 1.639 puntos. Por su parte, los dólares financieros treparon a $1.360 para terminar cerrando en $1.340.

A medida que corrieron los días, se fue disipando la negatividad internacional con los principales índices internacionales recuperaron terreno, con el S&P 500 terminando la semana +3.65% y el Dow Jones +1.06%. En Argentina, el cierre de la semana no fue disímil, con el Merval avanzando en 1.52% en dólares y los tipos de cambio MEP y contado con liquidación volviendo a zona de $1.292. Si bien la volatilidad internacional le imprime mayor movimiento a los bonos y acciones argentinas, podríamos decir que el 70% de las variaciones de precio del mercado local responden a cuestiones idiosincráticas.

En el plano local, el gobierno se enfoca en bajar la inflación a costa de menor acumulación de reservas. Es de esperar que el actual esquema monetario continúe en los próximos meses y una reducción gradual de la brecha cambiaria junto con un proceso de desinflación en el corto plazo, previo a una eventual corrección cambiaria. Para los próximos meses habrá varias cuestiones a monitorear entre las que podemos mencionar:

  • Aprobado el Paquete Fiscal, el gobierno apunta a incrementar la recaudación a través de las moratorias aprobadas, cambios en ganancias y el Régimen Especial de Ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales (REIBP) adelantando cuatro o cinco años del impuesto, dependiendo si el contribuyente ingresa o no al régimen del blanqueo. Al parecer, habrá alta adhesión al REIBP por lo que se presume que habrá flujo vendedor de dólares en MEP/CCL para pagar el tributo en pesos, en principio durante agosto (a menos que se extiendan los plazos).
  • Baja de la alícuota de impuesto país de 17.5% a 7.5% en septiembre. Sobre este punto, la reducción del costo de los productos importados podría contribuir positivamente al dato de inflación.
  • El blanqueo de capitales con condiciones muy beneficiosas para el contribuyente aportará algo más a la recaudación y ayudará a incrementar los flujos hacia el mercado de capitales, en especial, en los casos de personas o empresas que blanqueen más de USD 100.000 y no quieran pagar el impuesto del blanqueo (5% en dólares en la primera etapa). En este sentido, el régimen de regularización de activos permite blanquear cualquier monto a costo 0% siempre que se invierta en una cuenta especial de regularización de activos en determinados instrumentos alcanzados por la normativa (Títulos públicos nacionales, provinciales y municipales, BOPREALES, acciones, obligaciones negociables, determinados Fondos Comunes de Inversión y fideicomisos financieros con destino al fomento de la inversión productiva).

Si bien los puntos mencionados tendrán efectos en tipos de cambio, inflación y flujos al mercado, en el corto plazo la dinámica de los bonos soberanos en dólares de las familias BONARES (ALs) y GLOBALES (GDs) estarán limitados por la dinámica de reservas y algunos riesgos políticos, somos más optimistas en una ventana de tiempo más larga, pensando en los próximos seis meses, donde eventualmente esperamos se corrija el tipo de cambio de manera contenida, se liberalicen algunos controles de capital, facilitado por financiamiento externo y fondos del blanqueo. En este sentido, nuestros preferidos son los bonos cortos como el BONAR 2030 (AL30) teniendo en cuenta que el gobierno ha depositado el monto del pago de enero en una cuenta en el Bank of New York Mellon y ha dejado entrever que está negociando un REPO para el pago de julio del año que viene. Para inversores más moderados, nos gusta el BOPREAL 2026 (BPY26) con un rendimiento del 26% en dólares.

Por último, para perfiles más conservadores que no tengan tolerancia a la volatilidad de los bonos soberanos argentinos, destacamos que hay algunas alternativas de inversión en dólares con rendimientos atractivos. La forma más simple de hacerlo es a través de un fondo en dólares, tal como el FCI Renta fija USD que invierte en obligaciones negociables en dólares de empresas argentinas y cuya TIR es el 7,4% en dólares. En el caso de querer seleccionar créditos individualmente vemos algunas oportunidades muy puntuales como Pan American Energy 2032 (PNXCO) al 7.8% anual en dólares o Telecom 2031 (TLCMO) al 9.5% anual en dólares.