La bomba política de la semana que termina fue la confirmación de una decisión que flotaba en el aire hacía tiempo. YPF y la malaya Petronas anunciaron que la planta de GNL que demandará una inversión de al menos 30 mil millones de dólares, y para la cual se venía trabajando hacía años con Bahía Blanca como destino establecido, finalmente se instalará cerca del puerto de Punta Colorada, en la provincia de Río Negro. La descomunal inversión, que de concretarse sería de las mayores en la historia del país, venía siendo un botín político que los gobiernos de ambas provincias se disputaban y que las empresas inclinaron hacia Río Negro, luego de las intervenciones públicas y privadas del Gobierno nacional en favor del distrito que comanda Alberto Weretilnek.

La noticia generó un alto impacto en el debate público por dos razones interconectadas. La elección de Río Negro no quedó debidamente argumentada con un informe técnico que destacara sus ventajas, por las cuales debían abandonarse todos los años previos de trabajo y proyección con Buenos Aires como destinataria del proyecto, y porque sobre eso se montó el aparato comunicacional libertario para instalar una explicación fundada en la no adhesión de la PBA al RIGI, sumada a cierta impericia e inflexibilidad por parte de Axel Kicillof.

Sin ir más lejos, el propio Milei dijo en una entrevista con Alejandro Fantino hace unas semanas que “en Buenos Aires tenés al lastre de Kicillof, que es un expropiador serial. ¿Le van a confiar a un comunista? Si hubiera querido hacer las cosas bien, se hubiera adherido al RIGI nacional”. El presidente también confirmó lo que debería ser una decisión de la empresa y no del Gobierno nacional, afirmando que “obvio que se va a ir a otro lado. ¿Vas a invertir donde está Kicillof? ¿Para qué quiere un RIGI distinto, para hacerlo con sus ideas comunistas?”.

“La gestión bonaerense es el espejo en el que Milei no se quiere mirar”

Con la definición confirmada este martes por la tarde, el miércoles a la mañana el gobernador bonaerense brindó una conferencia de prensa en la que destacó los motivos políticos del cambio de orientación en lo que venía siendo el trabajo de YPF, y la decisión final de inclinarse por Río Negro. Horas más tarde, las dos empresas emitieron un comunicado en el que, sin profundizar en los motivos de fondo de la definición, afirmaron que la cuestión no pasaba por los distintos marcos fiscales entre ambas provincias sino por ventajas desde el punto de vista económico y logístico.

Pero la bomba estaba lanzada por parte del oficialismo nacional, y Kicillof quedó contra las cuerdas en el ring del debate público, donde todo el anti peronismo se hizo un festín señalándolo como responsable, y los aliados de UP oscilaron entre apoyos tibios y tardíos. El gobernador pagó, hacia adentro y hacia afuera de su espacio, el costo de haberse erigido desde el minuto cero como la principal figura de oposición al Gobierno nacional, un costo que en su entorno no es percibido como algo muy importante y que, además, se considera como algo inevitable dada la decisión de Milei de incidir en el tema para perjudicar la posición de la PBA en la compulsa por el proyecto.

EL ESPEJO Y EL ODIO

“Con el comunicado de YPF todo el verso del Gobierno nacional de que la explicación era el RIGI quedó desarmado, y quedó claro es que lo único que hay es una agresión de Milei contra la PBA, más allá de Axel. Su odio es porque la PBA no lo votó”, expresaron a Diagonales desde la mesa chica del gobernador. La preocupación principal en la Gobernación bonaerense, una vez definida la cuestión, es impedir que el Gobierno nacional consiga instalar la lectura de que la postura de oposición de Kicillof y su rechazo al RIGI fueron los elementos que inclinaron la balanza.

En esa misma línea, cerca de Kicillof despersonalizan la cuestión y la ubican en un carril de disputa de modelos políticos: “Quiere castigar a la PBA para disciplinar a las demás. No es personal con Axel, antes le pegó a Llaryora, a Nacho Torres, ahora a Axel, no hay nada distinto. Tiene más que ver con el desquicio de Milei que con lo que hacemos los demás”, sostuvieron.

“La gestión bonaerense es el espejo en el que Milei no se quiere mirar”

En ese hacer de una gestión que se ubica en las antípodas a la del presidente, el kicillofismo encuentra su mayor fortaleza y desde allí se planta: “La gestión del gobierno de la provincia es el espejo donde Milei no se quiere mirar. Cerramos este semestre con superávit aumentando los salarios, continuando las obras, somos lo contrario y ellos apostaron a desfinanciarnos para que no pudiéramos tener estos resultados. Nosotros con gestión les rompimos ese juego en el que nos querían hacer fracasar”.

Las maniobras con las que el Gobierno nacional viene intentando acorralar a la PBA ya han sido objeto de denuncia por parte de la gestión bonaerense. A principios de junio, el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, denunció una deuda total acumulada de $5,8 billones del Estado nacional para con la PBA, entre los que se contaban partidas discrecionales que la nación le cortó a la provincia, así como también suspensiones irregulares de pagos de partidas y fondos en las que Milei decidió incurrir incluso violando la legalidad.

“Cegados por su ideología, creyeron que nosotros sólo pudimos sobrellevar la gestión pasada por las partidas que nos llegaban de Nación. En estos 8 meses les demostramos que somos capaces de gestionar de otra manera a como gestionan ellos, y que pudimos hacerlo sin ellos”, expresaron al respecto desde el núcleo kicillofista. Sin desconocer que “faltan muchas  cosas, claro, porque el Gobierno nacional se borró”, en La Plata se plantan sosteniendo que “ellos apostaron a que nos quedáramos sin guita y no pasó. Se creyeron sus propias mentiras y la realidad los desmintió”.

“La gestión bonaerense es el espejo en el que Milei no se quiere mirar”

DESESPERADOS Y SIN RESULTADOS

En el Gobierno provincial resaltan el hecho de que esta jugada política por parte de la Nación haya llegado inmediatamente después de que la PBA cerrara su semestre con números positivos a pesar del ahogo presupuestario a la que está expuesta. Horacio Marín, CEO de YPF, participó de reuniones con Kicillof y el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, en las que se comprometió a explicar los argumentos de la decisión que tomaran las empresas, que prometió para mediados de agosto, y también a comunicarla primero a Gobierno bonaerense antes de hacerla pública. “Un montón de cosas de las que no cumplió nada, sólo por la desesperación del Gobierno nacional de mostrar algo peor”, dicen hoy cerca del gobernador en relación al hombre que tras 35 años de experiencia en Techint Paolo Rocca ubicó en una posición estratégica de la administración pública nacional. “Está tirando por la borda todo su prestigio y su recorrido en el sector energético, lo está arruinando esta decisión política”, sentenciaron desde La Plata.

En la perspectiva bonaerense, la explicación de la decisión de YPF y Petronas no sale de otra cosa que no sea la definición política de Milei de complicar a la provincia para antagonizar con su Gobierno: “Nosotros mostramos acción y gestión. El Gobierno nacional cae en esto porque no tiene nada más para mostrar que una baja en la inflación, cuando los precios siguen aumentando y la gente cada vez puede comprar menos. Entonces necesitan mostrar que al Gobierno de la provincia algo le salga mal”, explican.

Frente a esto, la respuesta sólo cabe dentro del plano de la política. En el entorno de Kicillof no se evalúa ninguna respuesta judicial, ya que se trata de una decisión de empresas privadas que es inobjetable en ese plano. “Que nosotros entendamos que la decisión fue política y no técnica no implica que pueda tener un camino de judicialización”, sostienen. Sin embargo, no dejan de lamentar los años de trabajo previos “para estar ahora listos para arrancar”, y destacan la preocupación por el futuro de una mega obra que hoy cae en el terreno de la incertidumbre por todo lo que el puerto de Punta Colorada todavía no puede garantizar, en contraposición al de Bahía Blanca que está operativo: “Sería muy malo para el país que la obra se demorara demasiado o no se concretara, necesitamos esa plata”.

“La gestión bonaerense es el espejo en el que Milei no se quiere mirar”

EL APOYO DE LOS ALIADOS Y EL IMPACTO POLÍTICO

Luego de la confirmación por parte de YPF llegó la respuesta de Kicillof en su conferencia de prensa del miércoles. Allí podría haberse esperado un fuerte respaldo por parte de todo el peronismo a quien es hoy por hoy su principal referencia institucional y una de las que mayor centralidad política tiene en la oposición al Gobierno nacional. Sin embargo, los apoyos que fueron llegando oscilaron entre cierta liviandad, el poco apuro y la desarticulación, configurando un cuadro en el que el peronismo podría haber pegado fuerte y como un solo puño contra Milei, pero la mejor noticia para la gestión bonaerense terminó siendo que el tema saliera relativamente rápido de la agenda.

En el entorno de Kicillof no interpretan que haya faltado fuerza en el apoyo de sus aliados. “No sentimos que hubiese algo más para hacer ni esperábamos que se hiciera más”, sostuvieron ante Diagonales, en sintonía con lo que expresó La Cámpora bonaerense ante las consultas de este medio. En el kicillofismo incluso plantearon que “nos sorprendió para bien el comunicado del PJ de la provincia, como los de otros actores e intendentes. Estamos agradecidos por el acompañamiento que tuvimos ese día, como el de diputados y senadores que estuvieron debatiendo el proyecto de régimen de inversiones provincial”.

“La gestión bonaerense es el espejo en el que Milei no se quiere mirar”

Otro aspecto pasaba por el posicionamiento de ciertos gobernadores, algunos incluso a los que la PBA asistió con recursos propios en los últimos meses, con los cuales Kicillof viene intentando articular políticamente para resistir los embates de la administración nacional, y que no se expresaron sobre la decisión de YPF o incluso la festejaron. Un caso es el de Ignacio Torres, de Chubut, que en mayo recibió ambulancias bonaerenses en comodato y el martes celebró la elección de Río Negro como patagónico. “Está perfecto, sería ilógico que Nacho Torres hiciera otra cosa”, opinaron desde La Plata.

En el mismo sentido se expresaron sobre la mirada de una puja entre Kicillofy su par rionegrino: “Quisieron armar una rivalidad con Weretilnek, eso nunca existió ni existe. Ojalá haya un estudio que demuestra que realmente Río Negro era una mejor opción, porque Argentina necesita esa inversión”, afirmaron cerca del gobernador.

“La gestión bonaerense es el espejo en el que Milei no se quiere mirar”

En última instancia, en la Gobernación bonaerense sienten que la decisión fue política y por parte del Gobierno nacional, que excedía cualquier acción o definición que pudieran encarar desde La Plata, que estaba tomada hacía tiempo y todo lo demás fue humo: “Lo que hizo YPF fue un show. El informe técnico no está. La desesperación les agarró cuando vieron que se estaba cayendo el discurso del RIGI. Ahora dicen que es porque no firmamos el Pacto de Mayo, manotazos que empezaron a inventar porque YPF desmintió lo del RIGI”. Es por eso que en el núcleo kicillofista afirman, en relación a sus aliados, “no tenemos reclamos porque todos sabemos que nada de lo que hiciéramos iba a cambiar la decisión. Entendíamos que era todo una gran pantomima, y que nada ni de nuestro lado ni del de Río Negro cambiaba la decisión. Fue una gran puesta en escena, la decisión política estaba tomada”.

De esa mirada en La Plata surge el saldo de que, más allá de que todo lo que se armó termina siendo malo para la Argentina, Kicillof y la gestión bonaerense no sufrirán un costo político importante como intenta hacérselos pagar el Gobierno nacional. Destacan que si el tema le hubiera sido redituable tanto a Milei como a la oposición bonaerense aún seguiría en el centro de la agenda, y traen la comparación con el tándem Macri-Vidal para explicar que, en última instancia, el propio oficialismo libertario podría verse perjudicado por su ataque a la población bonaerense: “Siempre es un problema cuando el presidente prioriza su posicionamiento político por sobre las necesidades de la gente. Le fue muy mal a Macri haciendo eso, tabicando y perjudicando a Vidal. Es malo para los bonaerenses, porque no se analizan sus necesidades ni sus demandas, y eso luego tiene sus consecuencias”.