Súper sábado con aroma a internas en el peronismo bonaerense
Dos actos, en municipios limítrofes y con intendentes enfrentados. En uno, la centralidad de Kicillof. En el otro, la de CFK. Apenas dos horas y media de diferencia entre las dos actividades, en las que se reivindicará el nombre de Néstor Kirchner a 21 años de su triunfo electoral. ¿Reencuentro Kicillof-Máximo?
El peronismo bonaerense atraviesa un proceso intenso de reconfiguración y reordenamiento. La derrota nacional de UP y la aplastante reelección de Kicillof dejaron posicionado al gobernador como la figura central de un movimiento que, en su faceta partidaria, está presidido por Máximo Kirchner. La eterna disputa por la lapicera para la conformación de listas decantó el año pasado en un armado electoral con predominancia de La Cámpora, proceso en el que la última palabra fue, como en cierres anteriores, del diputado nacional del kirchnerismo.
Kicillof, que no se dedicó al armado de una estructura propia durante su primer mandato, se quedó sin anclajes directos en la Legislatura, y hoy florecen los sectores del peronismo que cuestionan esa lógica de conducción de Máximo Kirchner. La Cámpora, por su parte, sostiene un reclamo histórico por mayores lugares en el Ejecutivo provincial, un mayor espacio que la organización siente que le pertenece por su peso específico y la conexión directa con CFK.
Esa foto que quedó cristalizada tras las elecciones del año pasado comenzó en las últimas semanas a volverse una película en movimiento. Los cruces con La Cámpora de dirigentes y funcionarios cercanos al gobernador, como Andrés Larroque, Jorge Ferraresi o Mario Secco, avivaron las brasas de un fuego que nunca se extinguió del todo y que amenaza, si no se lo controla, con incendiar a un peronismo necesitado de superar sus internas para enfocarse en reconectar con la sociedad ajustada por Milei. Este sábado la novela promete un nuevo capítulo, cuyo nivel de tensión y picante no puede predecirse ni negarse de antemano.
La cuestión es que habrá dos actos, en dos municipios ubicados con fuerza en cada uno de los extremos de esa disputa, en los que participarán las dos principales referencias hoy por hoy del peronismo: CFK y Axel Kicillof. Ambos actos transcurrirán a pocos kilómetros de distancia, con apenas dos horas y media de diferencia, y en los dos se reivindicará el nombre de Néstor Kirchner a 21 años de su triunfo electoral en 2003. Lo que en otra época podría haber sido una misma actividad para mostrar unidad, hoy parece volcarse más a la necesidad de cada sector por marcar su posición propia en medio de la discusión general.
El primero de los actos será en la Avellaneda gobernada por Jorge Ferraresi, hoy por hoy el intendente cercano a Kicillof que con más crudeza muestra su enfrentamiento con la organización de Máximo Kirchner. Se tratará de la inauguración del Centro Cultural Kirchner en la Isla Maciel y contará con la presencia y las palabras del gobernador bonaerense. El horario original de la actividad se preveía para las 15:30, pero debió ser reajustado cuando se fue confirmando que CFK estaría en Quilmes ese mismo día a las 16. Finalmente el acto en Avellaneda será a las 13:30.
Entre la Isla Maciel y Quilmes hay unos 15 kilómetros y un trayecto que demora aproximadamente media hora. Kicillof debería terminar alrededor de las 15:30 para poder llegar a la inauguración del microestadio Presidente Néstor Kirchner, ubicado dentro del Polideportivo Municipal en la Avenida Vicente López y Lafinur. Allí se descubrirá la estatua de Néstor Kirchner que estaba emplazada en el CCK, y que se retiró al distrito gobernado por Mayra Mendoza tras el cambio de gestión nacional.
La jefa comunal quilmeña será la anfitriona del acto que CFK eligió para su primera reaparición en público bajo el gobierno de Milei. “Es una buena oportunidad para reflexionar sobre este particular momento de la historia argentina, sobre este experimento del anarco-capitalismo y el sufrimiento inútil al que está siendo sometido el pueblo argentino” expresó la ex presidenta, dejando entrever que su discurso apuntará a discutir también cómo debe pararse el peronismo en esta etapa, una pregunta que hoy por hoy atraviesa a todas las tribus y no consigue respuestas uniformes. La palabra de CFK llega así en un momento de alta demanda de conducción y reordenamiento político por parte de la militancia y buena parte de la sociedad que hoy sufre el ajuste del Gobierno.
“Está invitado, como todos” respondieron a Diagonales desde la organización del acto ante la consulta sobre si el gobernador asistirá a escuchar a CFK. Fuentes de Avellaneda también confirmaron que Kicillof partirá para Quilmes luego del acto en la Isla Maciel, aunque no pudieron confirmar que el intendente Ferraresi vaya a acompañarlo. Quien sí estará por partida doble es Andrés Larroque, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense que surgió en las últimas semanas como la voz más crítica hacia La Cámpora entre los actores cercanos a Kicillof.
La presencia que aún resta confirmar en Quilmes, en lo que será un sábado potente para el reordenamiento del peronismo bonaerense, es la del titular del PJ provincial y líder de La Cámpora. Aunque no trascendió aún una confirmación, desde la organización del acto expresaron a este medio que seguramente Máximo Kirchner asista. Se daría, de esa forma, un reencuentro entre Kicillof y Kirchner tutelado por la propia CFK, un evento de alto voltaje para el peronismo pero sobre todo para el kirchnerismo, arrojado por la fuerza a una renovación para la cual hoy no parecen estar todas las cuentas saldadas ni los consensos construidos.
¿Cómo se dará, en caso de producirse, el encuentro entre el gobernador y el diputado nacional, abiertamente en tensión uno con el otro hace ya un buen tiempo? ¿En qué rol se ubicará CFK, a quien algunos le piden que conduzca al conjunto, otros que resuelva su sucesión, y todos que por lo menos ordene un mapa en el que su ausencia y silencio genera rispideces insalvables? Preguntas abiertas para mirar un súper sábado del cual el peronismo bonaerense puede salir fortalecido y realineado, o con sus inocultables tensiones internas agravadas.