Aseguran que el Riachuelo recién tendrá mejoras en la calidad del agua en siete años
Las nuevas autoridades de ACUMAR, ente responsable del saneamiento, señalaron además que hasta que no se deje de contaminar no se puede comenzar con el trabajo de limpieza
Hay una deuda histórica que parece que nunca se va a sanear y es la de limpiar definitivamente el Riachuelo. Las nuevas autoridades de Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), el ente responsable del saneamiento, aseguraron que el trabajo de limpieza no comenzará hasta que no se deje de contaminar el mismo.
El ingeniero químico Julio Torti, director ejecutivo de ACUMAR, señaló en una entrevista a Clarín, que recién en siete años podrán verse mejoras en la calidad del agua.
Cabe señalar que ayer el organismo estatal celebró una audiencia pública, en la que se discutió la última actualización del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA), en otro incansable intento por recuperar uno de los cursos de agua más contaminados del planeta.
Según señaló Torti la premisa es "dejar de contaminar" para comenzar con los trabajos de limpieza. "Recién cuando paremos toda la contaminación que recibe el Riachuelo vamos a poder hablar de sanearlo. Pero la carga que recibe el río todavía es altísima", manifestó.
También habló del control que ejercerán sobre las industrias que ellos consideran que provocan entre el 80 y el 90% de la contaminación "Vamos a enfocarnos en controlar 241 de esas industrias" y agregó que "recién después seguiremos con el resto. O las industrias se adecúan ambientalmente o son clausuradas hasta que lo hagan. Este año ya clausuramos 9".
Por último, expresó que el otro gran contaminante que afecta al Riachuelo es el vertido cloacal y aseguró que "para detenerlo, desde enero estamos trabajando con AySA en una serie de obras llamadas Sistema Riachuelo. Esto incluye la construcción del colector margen izquierdo o cuarta cloaca, un sistema de bombeo, plantas de tratamiento y un emisario al Río de la Plata".
Las promesas continúan, restará esperar nada más ni nada menos que siete años, para ver si el Riachuelo verá mejoras en su calidad del agua o si se trató de una más de las tantas promesas que hicieron en los últimos años las distintas gestiones.