La esgrima es un deporte olímpico que tiene sus inicios muy lejanos, y que María Belén  Pérez Maurice se está encargando de llevar con la bandera argentina a lo más alto. Ganó en 2014 la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de San José de Costa Rica, participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los recientes Juegos de Rio de Janeiro y hace unos días obtuvo el puesto 12 entre 150 en la Copa del Mundo en Orleans, Francia.

Belén conversó con Diagonales sobre su experiencia de elite en este deporte y sobre la disciplina que en gran parte, por ella, se va desarrollando en el país con la apertura de nuevas escuelitas, la aparición de nuevos seguidores; sobre los mitos que hay en estos combates y algunos datos interesantes que solo los que están adentro en este deporte saben. Por eso, a poco del Grand Prix de Cancún dijo lo siguiente.

Tengo la tarea principal de aprender la técnica y tomo clases una hora mínimo con Lucas Saucedo, mi entrenador, donde me corrige la técnica y aprendo todo; después tengo la puesta en práctica de eso, los combates con mis compañeros. Y el trabajo físico con mi preparador físico, Ricardo Hipólito una parte anaeróbica y la aeróbica, corro, hago pasadas. Tratando siempre que sea todo explosivo o de reacción.

Es de San Nicolás y cuenta que su mamá practicó esgrima poco más de un año y que conoció este deporte por ella. Y que en realidad quien la inició en la esgrima  fue su actual maestro que le insistió bastante para que empezara en su momento. Probé una clase y después me encantó. Fue alrededor de los 13 años, y tengo 31. No incursionó con fuerza en otros deportes ni tampoco imaginaba un presente como el de ahora.

Lo que es alto rendimiento es muy complejo para aprender y es un deporte que, aunque no parezca, todo el tiempo va evolucionando y lo que es la categoría sable va cambiando un montón, se modifican las reglas; por ejemplo, ahora desde Rio a esta primera competencia ( Orleans - Francia) cambió el tiempo en el que cortaba el aparato. Cambia la acción porque el esgrima es un deporte de tiempo y de distancia; y también la distancia de tirador a tirador .

Los logros de Belén tal vez sean dobles, porque no cuenta con la historia deportiva del país En el mundo del esgrima la Argentina no es potencia. Hay individualidades como la mía o Isabel Di Tella. Las potencias son Estados Unidos, Francia, Italia, Rusia y un poquito más abajo China y Corea. Se está trabajando en Argentina,  pero es un deporte largo y tiene muchas áreas que hay que cubrir para que pueda posicionarse en el mundo.

La participación en agosto de este año en los Juegos de Rio de Janeiro fue relevante, más allá de la temprana eliminación; sin embargo para Belén la experiencia que más recuerda fue otra Hace dos años estuve en el Grand Prix de Nueva York, salí tercera, fue la primera vez en la historia argentina que se llegó a un resultado así. Estaban todos los países más fuertes y  compartí el podio con campeonas olímpicas.

El solo hecho de ser un deporte de combate con arma puede despertar algunos mitos, o dudas acerca de las lesiones, que Belén aclara que hay muchas lesiones de rodilla; a ella le ha pasado de chocar su arma con la del rival, porque van rápido y fuerte y se lesionó la mano. También cuenta que los  desgarros y otras lesiones musculares son las más comunes, pero no con el sable, dado que tienen una protección.

Hace un tiempo pasó que creció tanto el nivel físico de la esgrima, y el sable había atravesado la mano de un tirador, porque los guantes podían ser de una especia de gamuza, pero ahora se cambió y son de la misma tela que el traje, que es kevlar, el material para hacer chalecos antibalas.

Dice que admira de su deporte a Lucas su entrenador que aunque en títulos no haya sido relevante, lo es por cómo se toma el deporte y la pasión que le pone. Y para cerrar dijo En general el ejemplo de deportista es Manu Ginóbili. No tengo materias pendientes en lo deportivo, sino objetivos, quiero meterme en una final de un juego olímpico y seguir haciendo historia en la esgrima argentino.