En medio de la terrible crisis económica y social que atraviesa el país, el único aspecto en el que el Gobierno intenta mostrar algún logro concreto es la supuesta desaceleración de la inflación. El término mismo da cuenta de que el oficialismo aún no puede doblegar el aumento de los precios, que siguen aumentando mes a mes y se mantienen en un nivel altísimo. Pero, incluso si se piensa la idea de la desaceleración, es preciso hacerla con algún punto de contraste, un nivel determinado desde el cual se estaría bajando. En lo concreto, esa cuenta tampoco resulta favorable para el presidente economista.

Así lo expuso el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), conducido por el consultor Alfredo Serrano Mansilla, que publicó datos comparativos del nivel de aumento de los precios en los primeros 8 meses del Gobierno de Milei en relación a otros períodos del país, de otras regiones del mundo, y también frente a lo que aumentaron determinados bienes de consumo básico.

¿Baja la inflación? Los números de Milei vs los de UP

CELAG comparó la inflación acumulada del actual Gobierno, que en 8 meses de gestión llegó al 134,6%, con los últimos 8 meses de gestión de UP, el período más crítico de la economía que por entonces conducía el ministro candidato Sergio Massa. Esos últimos meses del peronismo en el poder, con tres elecciones en el medio y resultados económicos tan traumáticos que terminaron depositando a Milei en la Rosada, la inflación acumulada fue de 103,9%. Al ritmo de la inflación de los últimos meses, se necesitarían casi 8 meses más para acumular el 30% necesario para igualar la inflación de Massa con la de Milei.

La distancia es aún mucho mayor si el contraste es con los primeros 8 meses de los gobiernos de Alberto Fernández y CFK. La ex presidenta apenas acumuló un 6% en sus primeros meses al frente del país, mientras que Alberto Fernández sumó un 20,1%, aunque allí habría que considerar el parate económico producto de la cuarentena decretada en marzo del 2020.

Los números argentinos en general, y los de Milei en particular, resultan escandalosos comparados con los de otras regiones del mundo. CELAG contrastó el 134,6% que Milei acumuló en 8 meses versus los últimos 20 años de la Unión Europea, EEUU y Chile, que marcaron 59,8%, 65,6% y 102,8% respectivamente. Dentro de Latinoamérica, los meses en los que el Gobierno libertario festeja una desaceleración están muy por arriba del acumulado de los últimos 10 años de varios de los países cercanos a la Argentina. Bolivia, por ejemplo, acumuló 33,6% de inflación en la última década, Brasil un 81,9% y México un 55%.

¿Baja la inflación? Los números de Milei vs los de UP

CELAG también comparó el precio de algunos artículos de consumo masivo en su nivel de noviembre y el que alcanzaron en julio, como una forma más de pensar hasta qué punto puede hablarse de una desaceleración inflacionaria. El kilo de cebolla, que en noviembre costaba $350, en julio tocó los $1.800, un aumento del 415%. Un paquete de 10 pañales descartables pasó en ese período de costar $1.117 a $3.759, un incremento de 237%.

Un pan de mesa de 390 gramos que se pagaba en noviembre $805, en julio costó $2.469, aumentando 207%. El litro de lavandina pasó de $366 a $1.048, un aumento del 187%. El litro de leche fresca en sachet, consumo de primera necesidad si los hay, se incrementó un 186% de los $457 que costaba en noviembre a los $1.305 de julio. Allí se explica el mínimo histórico de consumo per cápita de ese producto indispensable para el desarrollo en la infancia.

A su vez, la harina de trigo común 000 costaba $323 por kilo en noviembre y aumentó un 163% hasta los $852 de julio. De los artículos básicos relevados por CELAG, solamente el litro de aceite de girasol, el kilo de arroz blanco simple, la yerba mate por 500 gramos y el kilo de carne picada común estuvieron por debajo del alza general de los precios, con aumentos del 132%, 126%, 111% y 108%.

Tanto en la comparación con otros momentos de la Argentina, como con otros países y regiones del mundo, y medida en los aumentos de precios de artículos básicos de consumo masivo, la desaceleración inflacionaria de Milei parece más una forzada expresión de deseo que una realidad concreta. Los aumentos de precios siguen siendo un enorme problema para los argentinos y se mantienen en niveles altísimos, se los mire como se los mire.

A su vez, la inflación núcleo que el oficialismo venía rescatando como un indicador a mirar, tuvo un leve rebote en julio comparada con mayo y junio; todo esto, con el retraso en las tarifas y un tipo de cambio pisado quemando reservas día tras día. El Gobierno le sigue debiendo a la sociedad los resultados económicos que prometió en campaña. Por ahora, el “experto en crecimiento con o sin dinero” tiene poco para mostrar.