Un pequeño detalle parece habérsele pasado por alto este martes a la diputada nacional por La Libertad Avanza (LLA) Lilia Lemoine, quien en su exposición en las comisiones de la Cámara alertó que “represión suena a militares y a desaparecidos”, en referencia al operativo policial desplegado en el Congreso el miércoles pasado, sin advertir que fue el propio Gobierno de Javier Milei el que aquel día ofreció sus “felicitaciones” a las fuerzas de seguridad por su “excelente accionar represivo”.

La aguda reflexión de la multifacética dirigente no constituyó más que un tiro por la culata contra la propia administración libertaria: este martes, mientras unos 16 manifestantes continúan presos por haber protestado contra la “Ley Bases” oficialista hace casi una semana, la legisladora tomó la palabra en la comisión de Acción Social y Salud Pública para defender las decisiones de la Policía y de la Justicia, aunque ayer mismo trascendió que la Secretaria General Karina Milei habría llamado a la jueza a cargo para evitar las liberaciones.

En este marco, Lemoine se animó a un duro comentario pero terminó dejando en offside al propio Gobierno Nacional. Es que, a su turno en el micrófono, la diputada aseguró: “Están haciendo una mezcla con lo que supuestamente llaman ‘represión’. Represión suena a militares y a desaparecidos… La verdad es que no se reprime cuando hay una protesta pacífica, pero se debe detener a las personas que destruyen la propiedad privada; lo hayan hecho o hayan caminado o corrido diez, veinte o treinta cuadras, el hecho está hecho”.

Sin embargo, lo que la legisladora libertaria ignoraba es que el término “represión” apareció en boca ni más ni menos que de la propia Presidencia, que a través de la Oficina difundió un comunicado aquel miércoles por la noche en el que apuntaba: “Felicitamos a las fuerzas de seguridad por su excelente accionar reprimiendo a grupos terroristas que intentaron perpetrar un golpe de Estado”. Más allá de la exagerada denuncia realizada por el organismo de comunicación oficial, llama la atención el evidente desencuentro entre estas declaraciones y las de Lemoine, un sincericidio dentro del propio oficialismo.