El vocero presidencial, Manuel Adorni, se negó a condenar la visita de diputados de La Libertad Avanza a genocidas condenados por crímenes de Lesa Humanidad en el penal de Ezeiza y aseguró que es un tema del Poder Legislativo. 

En las últimas semanas, el Gobierno echó al ex secretario de Agricultura, Fernando Vilella, por poner ‘Me gusta’ a una publicación de Martín Lousteau; despidió a dos asesores presidenciales (Fausto Sportorno y Teddy Karagozian) porque osaron cuestionar el plan económico de Luis Caputo; obligaron a renunciar a Julio Garro al cargo de subsecretario de Deportes por decir que Messi debía disculparse por los cánticos de la Selección; pero la visita de legisladores de su partido a represores culpables de secuestros, torturas, despariciones, asesinatos y robos de bebés durante la última dictadura cívico militar, aparentemente, no ameritaba repudio alguno. 

"Es una agenda personal de los diputados", justificó el portavoz ante la consulta de un periodista acreditado en Casa Rosada. 

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El funcionario evitó pronunciarse al respecto y quitó cualquier tipo de responsabilidad al Poder Ejecutivo sobre medidas a tomar. “Será un tema que tendrá que resolver el Poder Legislativo, nos excede”, afirmó. 

Sin embargo, cuando Casa Rosada tuvo inconvenientes con sus legisladores no tuvo ningún problema en intervenir. Solo hace falta recordar cuando decidieron desplazar a Oscar Zago de la presidencia del bloque de La Libertad Avanza por diferencias con Martín Menem. 

De esta manera, el Gobierno vuelve a dejar en claro cuál es su postura frente a los crímenes cometidos durante la última dictadura y el terrorismo de Estado.