El presidente Javier Milei ríe de oreja a oreja; en su mano, un martillo de madera golpea la campana que da la orden de apertura de la jornada bursátil en Wall Street. Entre las figuras del Gobierno Nacional todo es aplausos y sonrisas, prolongadas luego durante el discurso que el mandatario brindó ante los inversores estadounidenses. Pero nada de eso funcionó: al final del día, las acciones argentinas que cotizan en la bolsa llegaron a caer casi un 4% y el Riesgo País consolidó su tendencia a la baja. Cosas del mercado.

Ni la fotografía de un simpático Milei que, como si de un juguete se tratase, blande el martillo en el aire en la mañana de Nueva York; ni las declaraciones del Presidente ya abocado a su perfil técnico ante inversores y empresarios locales, frente a los que reconoció que la eliminación del cepo será postergada nuevamente y definió a Luis Caputo como el “mejor ministro de Economía de la historia” argentina: nada de eso logró persuadir a los mercados, que este lunes le facturaron un nuevo golpe financiero a la gestión libertaria.

En este marco, y pese a los intentos de la administración de Milei por mostrarse amigable con el sector empresarial, en la bolsa neoyorquina las acciones rioplatenses cotizaron en su mayoría a la baja. El valle más pronunciado se lo llevó Loma Negra, con un -3,6%, seguido de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), con -3,2%. Tampoco mejoraron Pampa Energía (-3,1%), Banco Macro (-2,9%) ni Edenor (-1,8%). El día de la Bolsa Porteña también fue malo: cerró con una caída del 2,3% en promedio.

Un similar panorama registraron los bonos soberanos en dólares, que aunque mostraron cierta estabilidad continuaron en su camino descendente con bajas de hasta -0,3% tanto en bonares como en globales. En este escenario, el Riesgo País volvió a encender las alarmas en la Casa Rosada: si bien reportó movimientos relativamente menores, su tendencia a la baja se consolidó y el indicador macroeconómico retrocedió un total de 8 puntos básicos, por lo que cerró el día en los 1.311. El mercado, evidentemente, poco entiende de simbolismos.