Los argentinos no saben dónde está el oro de su propio Banco Central. Las autoridades del Gobierno se lo llevaron: cuánto, no se sabe; a dónde, tampoco. Pero gran parte ya no está en territorio nacional – así lo confirmó este lunes la propia institución financiera en un escueto y poco claro comunicado en el que se limitó a anunciar que “completó exitosamente transferencias de parte de sus reservas entre diferentes cuentas” bajo aparentes “operaciones de rebalanceo”. Londres silba y mira hacia otro lado.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) completó exitosamente transferencias de parte de sus reservas en oro entre sus diferentes cuentas. Estas operaciones de rebalanceo no alteran el volumen total de las reservas en oro, que se mantienen equivalentes a aproximadamente USD 4.981 millones”, informó la entidad encabezada por Santiago Bausili, socio y amigo del ministro de Economía Luis Caputo. Poco y más detalla la misiva, que dedica el resto de sus líneas a criticar lo que llama “difusión irresponsable de información con fines políticos”.

El comunicado desaprobaría cualquier examen de periodismo por un sencillo motivo: no hace ningún esfuerzo para responder las famosas cinco “W” – en particular, el “cuánto” y el “dónde”. Así es: el BCRA parece olvidarse de especificar dónde está el oro y cuántas reservas fueron transferidas al exterior, elementos centrales de la operación que quedan abiertos a conjeturas. Y las conjeturas indican, por estas horas, que los envíos habían sido remitidos a Londres, a una cuenta del Banco Internacional de Pagos (BIS). El Gobierno no dio mayores precisiones.

X de BCRA

A lo que sí se refirió, como fue mencionado, es a las repercusiones públicas que generó el controversial movimiento de las reservas, incluyendo una serie de pedidos de información pública elevados por el diputado nacional y titular de La Bancaria Sergio Palazzo que el BCRA no temió declinar pese a que el propio ministro Caputo ratificaba los envíos al exterior en entrevistas periodísticas aquí y allá. Para las autoridades de Hacienda, las solicitudes consistieron únicamente en hechos de “difusión irresponsable de información con fines políticos”.

“El BCRA expresa su preocupación por la difusión irresponsable de información, con fines políticos, relacionada con estas operaciones antes de su finalización porque puso en riesgo la seguridad de los activos de todos los argentinos. La información sobre la administración de las reservas del BCRA ha sido siempre manejada de manera confidencial en el afán de preservar su seguridad. Tanto la Auditoría General de la Nación como los entes de control pertinentes mantienen acceso a esa información bajo el mismo manto de confidencialidad”, cerró el comunicado.