En Guatepeor el estrangulamiento a hogares, comercios e industrias duele cada vez más. El torniquete generado en las microfinanzas del país por las inclementes subas en precios generales, transporte, educación, salud y un sinfín de otros servicios esenciales para el día a día argentino volverá a girar sobre sí mismo desde septiembre con un nuevo aumento en las boletas de gas y electricidad. Del otro lado yacen las familias, ahorcadas por un tarifazo XXL que solo conoce dos movimientos: extenderse y agravarse.

Las facturas de luz y gas marcarán el mes próximo un alza del 4% promedio fruto del salto autorizado este miércoles por el Gobierno Nacional de Javier Milei, que, mientras se mece en la hamaca de la victoria en la macroeconomía con la desaceleración de la inflación como principal bandera, apenas si lanza salvavidas a los hogares y comercios ante la cruda licuación del poder adquisitivo, el creciente nivel de desempleo y, en este caso, los intempestivos incrementos en servicios domésticos de todo tipo.

Extenderse y agravarse: si se hiciera un recuento de la frecuencia con la que el “tarifazo” ocupó las principales tapas de medios gráficos y digitales nacionales en los últimos meses, el informe arrojaría que la suba de las facturas domésticas ha sido uno de los principales focos de acción del ministerio de Economía que encabeza Luis Caputo. A mediados de año, el alza de las boletas propulsó incluso una suba inflacionaria que rompió con los planes del propio Gobierno en junio. Poco se mosqueó: en Guatepeor, lo más importante es el saldo de la macro.

Y es la macro la que, para que cierre a fin de mes, le exige a la administración de La Libertad Avanza continuar con los incrementos en los servicios domésticos. En septiembre, el 4% promedio en electricidad y gas se sumará, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), a un salto simultáneo del costo del agua gracias a una actualización del 4,48% dispuesta por Agua Y Saneamientos Argentinos (AySA). Además, los combustibles subirán un 2,5% promedio a nivel nacional, y el transporte en la Provincia y en la Ciudad costará más caro por la discontinuación parcial de la Red SUBE. Un torniquete que apreta y apreta.