Luego del golpe que significó para el Gobierno la designación de las autoridades de la comisión Bicameral de seguimiento de Inteligencia, de la que fue nombrado el senador de la UCR Martín Lousteau como presidente, en acuerdo con Unión por la Patria (UP), que se hizo de seis legisladores, las miradas recayeron en un operador histórico de la UCR porteña que conoce los “sótanos de la democracia” como pocos.

Se trata del experimentado operador misionero Enrique “Coti” Nosiglia, exministro del Interior de Raúl Alfonsín, a quien acompañó en el fallido final de mandato en 1989. Sin embargo, sus principales pergaminos políticos provienen de su trabajo “subterráneo”, que viene tejiendo desde esa época.

Cultor de un perfil bajísimo, y de mediador discreto, se mantiene como una de las figuras más influyentes en las más altas esferas del poder. “Coti” sabe manejar el tiempismo como pocos en la política nacional.

Nosiglia dedica gran parte del tiempo a su actividad privada como empresario. Su sociedad familiar incluye una constructora, es accionista del Hotel Elevage de la Ciudad de Buenos Aires, y su cartera se ramifica con negocios en la producción de la yerba mate en su Misiones natal, y en sanatorios y una empresa de salud.

Pero su faceta como político de raza es innegable aunque siempre busque que sea con el menor aleteo posible. Para eso hay que remontarse a los principios de los años setenta, cuando trabajó para la facción del movimiento de Renovación y Cambio alfonsinista, durante el debate con el ala conservadora que encabezaba Ricardo Balbín.

Su extensísimo currículum lo ubicó no sólo como el principal operador alfonsinista. También fue interlocutor radical estelar durante los gobiernos de Carlos Menem, y tuvo idas y vueltas con la Alianza dellarruista. Fue uno de los artífices del desembarco radical en la coalición CAMBIEMOS, que catapultó a la presidencia a Mauricio Macri, con quien fue un socio estratégico tanto para llegar al poder del Estado como para arribar a la conducción de Boca.

Colegas de la UCR coinciden en catalogarlo como un gran analista y le destacan su papel como armador. Su cargo actual dentro del partido centenario es el de miembro de la Convención Nacional, pero por lejos excede esa influencia con su conocimiento de la táctica política, y por, sobre todo, su nutrida agenda de contactos que despliega como pocos.

Lousteau a la comisión, Nosiglia al poder (de nuevo)

Como parte de ese despliegue táctico, Nosiglia avaló el operativo “renovación” dentro del partido, y avivó en el último lustro el fuego interno, entre el bando conservador del partido, encabezado por los gobernadores Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, y el ala “Evolución”, en el que juegan los alfiles de “Coti”, Martín Lousteau y el referente de la UCR porteña y vicerrector de la UBA Emiliano Yacobitti.

Con este último, Nosiglia se mantiene como aliado en el mundo de la política universitaria con la Franja Morada. El activismo en la educación superior remonta al “Coti” a la época del grupo interno radical de la Junta Coordinadora Nacional, fundada durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía en 1968. Allí compartió la conducción del órgano junto con Leopoldo Moreau y Federico Storani, con quienes mantenía diferencias.

El histórico armador no desconoce el fuerte debate interno en el radicalismo sobre la representación política que debe encarnar para esta etapa. En el ámbito institucional, particularmente en el Parlamento, los números no son para vanagloriarse, sino más bien para tomar nota y evitar fallas en el análisis de situación.

Con la llegada de La Libertad Avanza al poder y el afianzamiento de Unión por la Patria como la principal (y titubeante) opción opositora, la UCR perdió 6 senadores y 12 diputados en las elecciones generales. En la Cámara de Diputados, incluso hay tres bandos diferenciados. A las dos alas mencionadas, se le suma el sector que encabeza el neurocientífico Facundo Manes, que coyunturalmente puede jugar en tándem con el sector Evolución.

Sus contactos no se limitan al arco de la política. De lazo histórico con empresarios poderosos como José Luis Manzano; con líderes sindicales como el titular de Comercio, Armando Cavallieri, o el gastronómico Luis Barrionuevo, o incluso metiendo una pata en la Justicia, operando a través de su correligionario radical y expresidente de Boca, Daniel “El Tano” Angelici, el listado de Nosiglia parece infinito.

Lousteau a la comisión, Nosiglia al poder (de nuevo)

NOSIGLIA, EL “INTELIGENTE”

Si hay un ámbito que particularmente “Coti” conoce como pocos dentro de la estructura del Estado es el de Inteligencia. Su expertise en el área lo remonta a septiembre de 1987, cuando le fue encomendada la dirección de la vieja SIDE como una de sus funciones en la cartera de Interior durante el gobierno de Alfonsín.

En los últimos años, ya con el gobierno de Macri, Nosiglia había podido digitar dentro de lo que era la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), colocando al senador pampeano Juan Carlos Marino como presidente de la Comisión Bicameral del Congreso, encargada de supervisar al organismo que dirigían Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.  

Ya asumido Javier Milei, las especulaciones de un acuerdo entre el asesor estrella -sin cargo- Santiago Caputo y “Coti” para un nuevo arribo de Nosiglia al área de Inteligencia no se hicieron esperar.  

Tras la eyección de Nicolás Posse de la jefatura de Gabinete, su sucesor Guillermo Francos designó al radical y exfuncionario macrista del ministerio de Defensa, José Luis Vila, como su secretario de Estrategia Nacional. Vila, ladero de Julio Martínez y Oscar Aguad durante el gobierno de CAMBIEMOS estuvo siempre ligado a Nosiglia, y asumió la coordinación en el ámbito de Inteligencia.

Caputo, y la alterego del Presidente, su hermana y secretaria General de la presidencia Karina se habían definido luego por el senador peronista entrerriano Edgardo Kueider, aliado a LLA durante el voto de la Ley Bases, para ponerlo al frente de la Comisión Bicameral de fiscalización de la SIDE. La vicepresidenta y titular del Senado Victoria Villarruel, en juego con Macri, optaban por el senador Martin Goerling.

Lousteau a la comisión, Nosiglia al poder (de nuevo)

El binomio de poder de confianza de Milei no pudo evitar un nuevo desembarco radical en esa comisión, nuevamente con Nosiglia tejiendo tras bambalinas.

De las negociaciones que determinaron el acuerdo entre Lousteau y UP para que sea el exministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner el presidente del cuerpo de seguimiento legislativo estuvo a cargo Yacobitti. El exdiputado cerró el pacto con el kirchnerista-otrora radical Leopoldo Moreau, que se quedó con la vicepresidencia.   

A este revés para el oficialismo le seguiría el rechazo en Diputados del DNU presidencial que ampliaba los fondos para la SIDE, con partidas que llegaban a 100 mil millones de pesos.

“Coti” ya tenía lo que quería. Pudo digitar a las autoridades de la Comisión Bicameral, y colocó a uno de sus apadrinados al frente. Sus intereses en el submundo de la Inteligencia, que se desembocan inevitablemente en los del submundo de la Justicia, quedarían resguardados.