Parar la pelota: la Confederación General del Trabajo (CGT) resolvió este miércoles detener el carro y desacelerar el plan de lucha contra el Gobierno Nacional de Javier Milei tras las sanciones de la anticipada “Ley Bases” y el paquete fiscal oficialistas. No irá al paro, no judicializará el Impuesto a las Ganancias y no dispondrá nuevas medidas de fuerza al menos por quince días – mientras tanto, aguardará a que el Poder Ejecutivo le levante el teléfono para entablar un diálogo que, hasta el momento, jamás apareció.

Así lo resolvió esta tarde la central obrera en una reunión llevada a cabo en la sede de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN). Con todo, es una decisión sorpresiva si se tiene en cuenta las tajantes declaraciones realizadas en la previa del encuentro por dirigentes de alto rango como el cotitular sindical Pablo Moyano, quien, dicho sea de paso, no se presentará a la eventual cita que la agrupación gremial requerirá con el secretario de Trabajo Julio Cordero.

Post “Ley Bases” había tomado fuerza la posibilidad de que la CGT impulsara un nuevo paro general nacional, que marcaría la tercera medida de fuerza de su tipo en lo que lleva la Era Milei; mientras que otro sector de la organización alentaba la alternativa de demorar el plan de lucha y avanzar con la judicialización de la restitución de la última categoría del Impuesto a las Ganancias, aprobada con polémica dentro del paquete fiscal, en línea con la postura de los diputados de Unión por la Patria.

Con todo, la única definición adoptada hasta ahora por la central es la de solicitar una audiencia con Cordero para presentar los reclamos sindicales ante el Gobierno y dar inicio, finalmente, a un canal de comunicación que hasta ahora tuvo prácticamente nula actividad. No habrá movilización ni judicialización, pero sí acompañará desde las gradas las impugnaciones que presenten otros sectores, entre ellos los diputados nacionales de Unión por la Patria y las autoridades de la Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte (CATT).