Cinco décadas después de su fallecimiento, Juan Domingo Perón hizo un aporte nada desdeñable al justicialismo en crisis post derrota con Javier Milei. En su memoria proliferaron actos de reivindicación doctrinaria y críticas políticas a la gestión nacional y su proyecto, pero sin misiles internos ni tribunas utilizadas para revolearle por la cabeza a un compañero el bastón de mariscal. No es poco, sobre todo con las semanas previas en las que, en paralelo a un Gobierno al que cada vez se le complica más el panorama económico, las tribus peronistas protagonizaron fuertes cruces que hicieron crujir la unidad. Con ese contexto de fondo aún irresuelto, la multiplicidad de presentaciones públicas por parte de todo el peronismo sin que la noticia sean las internas es de por sí un logro.

Axel Kicillof venía construyendo junto a su tropa el acto que hoy encabezó en la Quinta de San Vicente para conmemorar los 50 años del fallecimiento de Perón. Con todo el arco justicialista invitado, la principal incógnita pasó en los últimos días por si Máximo Kirchner y La Cámpora asistirían o no. La duda quedó despejada el fin de semana, pero a la certeza de la participación camporista en el acto del gobernador, el viernes se le sumo una nueva: CFK daría una entrevista en Gelatina la noche anterior.

Un Perón para cada acto y la unidad entre algodones

En la previa, todo pintaba para una nueva intervención de la expresidenta en la interna que Kicillof y Kirchner mantienen con epicentro en la Provincia de Buenos Aires. Un posible episodio más similar al de su reaparición post derrota electoral en Quilmes, donde sentada al lado de Mayra Mendoza, lanzó su dardo más picante en esta discusión cuando pidió “dejar de discutir pelotudeces”. El escenario, el post acto sin Kicillof y la falta de mención alguna al gobernador, sentado en primera fila, a lo largo de su extenso discurso, ubicó con claridad a CFK en una de las veredas del debate.

Sin embargo, la de este domingo fue una entrevista aséptica por parte de CFK, que salvo algún mínimo palito cuando se emparentó con Perón en las malas elecciones de candidatos, no dejó tela para cortar en términos de internas. La expresidenta se limitó a dar su visión sobre el General, su construcción política y doctrinaria, recorrió anécdotas y recuerdos y, por supuesto, se despachó en críticas ya enunciadas al modelo económico de Milei. Nada nuevo, ni nada que pudiera enturbiar la convocatoria del kicillofismo. Acto 1, check.

Un Perón para cada acto y la unidad entre algodones

Este lunes, y luego de inaugurar obras de infraestructura urbana, educativa y sanitaria en San Vicente junto a funcionarios de su Gobierno y el intendente local, Nicolás Mantegazza, Kicillof fue anfitrión de un encuentro cargado de liturgia y más señales de la unidad que el peronismo preserva como puede entre algodones. El gobernador tampoco tuvo en su discurso ningún gesto que pudiera afectarla, más bien lo contrario, buscó un rol conciliador desde el que propuso apuntar todos los cañones contra el Gobierno nacional y su política de ajuste y entrega, en una línea similar a la que vienen sosteniendo CFK y La Cámpora.

“En esta hora tan dolorosa para el país, nuestra tarea no puede limitarse a la denuncia o la resistencia. Tenemos dos tareas: crear un escudo para proteger los derechos, reduciendo el daño social que ocasionan las políticas del Gobierno nacional, y al mismo tiempo debemos construir, junto a las fuerzas populares y democráticas de la Argentina, una alternativa que en el futuro permita revertir la destrucción que está en curso y poner al país al camino del desarrollo y la inclusión”, expresó Kicillof, último orador de un escenario donde lo presidieron la senadora nacional Lucía Corpacci y el gobernador de La Rioja Ricardo Quintela.

El gobernador bonaerense y Máximo Kirchner venían amagando hacía semanas con un encuentro y una foto que finalmente no sucedió, en un contexto marcado por los feroces cruces en dos de sus lugartenientes, Jorge Ferraresi y Mayra Mendoza, respectivamente. La disputa entre los intendentes de Avellaneda y Quilmes va mucho más allá que una pelea territorial, y es la punta de un iceberg que permanentemente amenaza con impactar y hundir el Titanic peronista. Unos lanzados a la construcción de un espacio propio con la banca a Kicillof como principal bandera, otros reactivos a ese posicionamiento que consideran electoral y desajustado con la principal tarea del momento, que es oponerse al Gobierno nacional, ambos lograron que esas diferencias no emergieran, al menos con potencia, en el acto de este lunes.

Un Perón para cada acto y la unidad entre algodones

El kicillofismo invitó a todas las tribus, CFK incluida, y logró lo que no pudo el pasado 18 de mayo en su plenario “La Patria no se vende” de Florencio Varela: la asistencia de La Cámpora. Máximo Kirchner, Wado de Pedro, Mayra Mendoza, Julián Álvarez, Florencia Saintout, Nicolás Kreplak y Juan Martín Mena fueron algunos de los referentes camporistas que aceptaron el convite y formaron parte, algunos de ellos en primera fila.

El diputado nacional y líder de la organización tenía el escenario abierto para dar un discurso pero la definición fue no hacerlo. La decisión da cuenta de lo tensa que está la relación con Kicillof, así como también del gesto de asistir al acto respetando el lugar de organizador del gobernador y sin echar leña al fuego como hizo en otras ocasiones. Basta recordar sino el plenario “Luche y Vuelve”, organizado a principios de 2023 por Larroque y Mario Secco, primer anillo de confianza de Kicillof, en el que se reunió a la militancia peronista para pedir por una candidatura de CFK. “No hay que bajar al territorio compañero gobernador, hay que subir a la militancia a los lugares de decisión de una vez por todas” se despachó aquella vez Máximo Kirchner ante un Kicillof atónito y un campo lleno de miles de militantes. De eso al acompañamiento pasivo de este mediodía en San Vicente hay alguna diferencia. Acto 2, check.

Un Perón para cada acto y la unidad entre algodones

Quienes orgánicamente decidieron no asistir al acto organizado por el gobernador fueron las filas del Frente Renovador. “No queremos ser rehenes de ningún tironeo interno ni de unos ni de otros”, fue la excusa que se dejó trascender desde el massismo para evitar el no lugar que le significaba asistir como tercera pata a un encuentro donde todos los ojos estarían puestos en si las otras dos se peleaban o convivían con cordialidad. A pesar de esto, algunos referentes del FR estuvieron en San Vicente, como el intendente de Navarro, Facundo Diz.

La participación que eligió tener el massismo en esta fecha fue quizás la más alejada del tono de unidad entre algodones que sobrevoló la jornada. Malena Galmarini estuvo de invitada en Laca Stream, un canal que llevan adelante comunicadores cercanos al massismo, y que eligió el horario de las 13, justo en paralelo al acto en San Vicente, para que la ex titular de AySA y referente del FR diera su mirada sobre la fecha. “La militancia necesita salir del chiquitaje de las internas. ¿Qué le diría Perón a Milei? El último Perón no le diría nada a él, nos diría mucho a nosotros. La militancia de hoy necesita más conducción, más de sus representantes, salir del chiquitaje de las internas y entender que está en juego el futuro de los argentinos y argentinas, no de la Patria porque a veces suena lejos, sino del futuro de nuestros hijos e hijas”, se despachó Galmarini.

Un Perón para cada acto y la unidad entre algodones

La que también eligió el formato streaming para su aporte a la fecha fue la CGT. Luego de la participación de dirigentes como Héctor Daer y Pablo Moyano en el acto de Kicillof, alrededor de las 17 comenzó en el mítico Salón Felipe Vallese de la sede Azopardo una emisión de la que participaron el propio Daer y representantes de otras tribus, como la ex ministra de Trabajo Kelly Olmos, que responde al NEP de Juan Manuel Olmos, y Juan José Mussi, intendente de Berazategui que hoy juega en el equipo del gobernador bonaerense.

Así conmemoró el peronismo los 50 años del fallecimiento del fundador y máximo líder del movimiento. Actos para todos los gustos, en diferentes formatos y con distintos enfoques particulares, pero con una nota común: la unidad no se vio lesionada seriamente en ninguna de las intervenciones. No parece poco para una fecha en la que las diferencias peronistas llegaron hasta los tiros, ni para un contexto actual de unidad entre algodones. La unidad se mantiene entre algodones y esa es, quizás, la noticia positiva de la jornada para el peronismo. El aporte del General en un nuevo aniversario de su partida.