Que voy, que vengo, que falto: la Confederación General del Trabajo (CGT) volvió hoy sobre sus pasos, cortó con el dialoguismo con el Gobierno de Javier Milei y decidió, en una cumbre aparentemente “catártica” que congregó a su más alta dirigencia esta tarde en Azopardo, no asistir a la reunión con funcionarios de la gestión nacional y con empresarios del Grupo de los Seis (G6) pactada para la semana próxima – en lugar de ello, la central obrera profundiza el plan de lucha y prepara una mega marcha para agosto.

El 9 de mayo se llevó a cabo el último paro nacional de la CGT contra la gestión de La Libertad Avanza (LLA). Desde entonces, el oficialismo logró sancionar la “Ley Bases” y el paquete fiscal y la Casa Rosada cosechó una foto de relativa unidad en el “Pacto de Mayo” firmado en julio; la agrupación sindical, mientras tanto, se mantuvo abstraída de la calle política y de la resistencia opositora mientras tomaban protagonismo los gremios que la componen, cada uno con sus diferentes reclamos. Pues ya no más.

La Confederación encabezada por Pablo Moyano, Héctor Daer y Carlos Acuña se reunió este jueves para discutir las nuevas medidas a tomar por parte de la mega organización obrera. La cumbre se desarrolló en la sede de Azopardo y tiene como inmediato antecedente en un encuentro similar convocado dos semanas atrás, ocasión en que la CGT había instado a dialogar con el Gobierno y a reunirse con el secretario de Trabajo Julio Cordero a fin de mes para reencauzar la relación entre las partes.

Sin embargo, y al cabo de una acalorada jornada en la que cada sindicato vocalizó su situación particular en una especie de cumbre “catártica” -como lo reportaron varios medios esta tarde-, la central decidió dar marcha atrás y declinar el llamado de Nación. La cita se iba a concretar este 25 de julio con la participación de Cordero y de los empresarios del G6, pero como consecuencia de la reunión de esta tarde finalmente la agrupación sindical dejará su silla vacía en el cónclave y, en lugar de ello, avanzará con su propia agenda de lucha.

La mesa tripartita había sido solicitada con el objetivo de discutir los detalles de la restitución de la última categoría del Impuesto a las Ganancias sancionada poco atrás así como otros aspectos de la reforma laboral que impulsa el Gobierno. No obstante, la CGT pegará el “faltazo” a la cumbre para organizar por su cuenta un programa de resistencia a la gestión de Milei que tendrá su primer plato fuerte el 7 de agosto próximo, cuando la central adherirá a la marcha de movimientos sociales por el Día de San Cayetano.