A los malabares y con tropezones, el Poder Ejecutivo ya activó el operativo para proteger a su figura más importante: Javier Milei. En vísperas de la primera aparición mediática del jefe de Estado pautada para este lunes por la noche, quien salió a “bancar” a su líder y exculparlo de toda responsabilidad en la mega estafa cripto por $LIBRA fue el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, que introdujo un oxímoron para indicar que el tweet “del Presidente” no fue “un acto de Gobierno” y remató: “Yo tampoco entiendo de cripto, es un mundo de timberos”.

“No es un acto de Gobierno, es una cosa que hizo el Presidente desde su cuenta personal. No hay fondos públicos involucrados, ni nada”, expresó en un reportaje a A24, sin sonrojarse, el titular del Palacio de Hacienda. Similar argumentación ya había sido esgrimida por su par de Seguridad Patricia Bullrich en el fin de semana; esta vez, Caputo confirmó que será ese el planteo gubernamental: afirmar que una comunicación pública del Presidente desde su plataforma oficial es todo menos eso – una comunicación oficial del Presidente.

La llamativa explicación de Caputo: "Yo tampoco entiendo de cripto, es un tema generacional".

La segunda estrategia es bajarle el precio a la polémica. Eso mismo hizo el ministro durante la entrevista: “El tema de las criptomonedas es un mundito mínimo, mínimo. Es un mundo de timberos y de superespecialistas muy difícil de entender. Ayer veía un tweet que decía ‘¿Cómo, si es economista y sabe de finanzas, no entiende de cripto?’. Y yo tampoco entiendo de cripto, pregunté y me lo explicaron 800 mil veces. No sé si es un tema generacional… El mundo cripto es muy difícil”. Aparentemente quedó viejo “el Messi de las finanzas”, como lo habían llamado durante la Presidencia de Mauricio Macri.

“Que en el medio se cometa algún error… Yo cometo todos los días errores”, concluyó el funcionario. Esa es, por ahora, la excusa del Gobierno para quitarse de encima la responsabilidad por la polémica maniobra “cripto” que afectó a miles de personas por todo el mundo y significó un escandaloso movimiento repentino de 280 millones de dólares, además de numerosas consecuencias negativas para la Argentina en terrenos económico y social. Nada de eso es “verdaderamente importante” para Caputo, como mencionó al pasar en un controversial tweet más temprano.

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