Formalmente, por “razones personales”, el secretario de Prensa Eduardo Serenellini presentó su renuncia este martes a su cargo de rango ministerial en el Gobierno Nacional de Javier Milei, a quien le agradeció su “confianza y amistad”. Informalmente, los motivos aducidos por el saliente funcionario no aparentan ser más que una forma de ocultar una incendiaria interna en la que, de nuevo, se alzó victoriosa Karina Milei, esta vez a través del vocero Manuel Adorni y su creciente influencia y poder en la comunicación del Ejecutivo. Mientras tanto, ya son tres bajas en un mes para la gestión libertaria.

Se comenta que la tensión entre ambos era palpable. Tras haber sido bendecido por el “Triángulo de Hierro” con un ascenso al cargo de secretario de Comunicación y Medios, el portavoz empezó a disputarle en la teoría lo que ya pugnaba en la práctica contra Serenellini: las decisiones en el área de Comunicación del Gobierno. Así es como el experiodista fue corrido de lugar por el influencer, de profunda confianza de Karina, y finalmente hizo conocer su dimisión este martes sin mayores discusiones.

X de Eduardo Serenellini

“Por razones personales he presentado mi renuncia al cargo de secretario de Prensa de la Nación al presidente Javier Milei. Agradezco su confianza y conservo una gran amistad”, se limitó a informar en redes sociales el ya exfuncionario. Es la tercera salida de peso en el Gobierno solo en 2025: a inicios de enero lo precedió el hoy extitular de la Unidad de Información Financiera (UIF) Ignacio Yacobucci, atropellado por el asesor Santiago Caputo, y esta semana “se cayó” el procurador del Tesoro Rodolfo Barra, también por diferencias con el “Triángulo de Hierro”. En el Gobierno, todo se explica, parece, por las internas.

En tanto, es una incógnita por el momento cuál será el destino del cuasi ministerio que conducía Serenellini, pero lo cierto es que en la Casa Rosada no ven con malos ojos eliminarlo de cuajo. Dicha decisión acarrearía dos ventajas: publicitar el cierre de un nuevo organismo en el Estado Nacional, con el ahorro de fondos públicos que ello implica; y, de paso, cederle el poder de la Comunicación directamente a Adorni en vez de hacerle sombra con un nuevo nombramiento en el área del que ya es máximo referente.