Al margen de las grandes diferencias en distintas dimensiones que Argentina e Italia tienen entre sí, ambos países hoy los gobiernan líderes relativamente jóvenes, de lo que muchos analistas e intelectuales denominan, en términos generales, nuevas derechas. Al mismo tiempo, el principal liderazgo opositor se proyecta tanto en Italia como en Argentina sobre políticos también relativamente jóvenes, del principal partido o coalición de (centro) izquierda para cada país.

Así, centrándonos en la actualidad y, en particular, en los liderazgos políticos emergentes, la premier italiana (presidenta del Consejo de Ministros), Giorgia Meloni, de 47 años, llegó al gobierno de su país el 13 de octubre de 2022. Ello lo logró luego de una larga trayectoria política que comenzó siendo adolescente en los años noventa en el ala juvenil del Movimiento Sociale Italiano (MSI) y en la Alleanza Nazionale (AN), ambos movimientos neofascistas, según denominan diversos analistas. Ya en 1998 disputó un cargo electivo en Roma,su ciudad natal, y entre 2006 y 2008 fue vicepresidenta de la Cámara de Diputados de Italia, para pasar a ocupar, desde 2008 hasta 2011, el cargo de ministra de Juventud Italiana bajo el gobierno de Silvio Berlusconi. En 2012, Meloni crea su propio partido (Fratelli d’Italia) junto a otros herederos del MSI y de la AN, y a partir de allí comienza un liderazgo no solo en la derecha italiana sino también en la europea. En el marco de una gran inestabilidad política en Italia durante la década pasada, y llegando a cargos electivos en Italia y en el Parlamento Europeo, Meloni fue imponiéndose con su acción y discurso políticos sobre los otros dos principales partidos italianos de derecha (Lega Nord de Matteo Salvini, y Forza Italia del fallecido Silvio Berlusconi), con los cuales forma una coalición a nivel nacional. A nivel europeo, desde el año 2020, es la presidenta del Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos, lo que da cuenta de su real proyección internacional.

En Argentina, por su parte, Javier Milei, de 53 años, luego de un reñido calendario electoral que tuvo tres vueltas a nivel nacional, el 19 de noviembre se impuso en el balotaje por casi el 57 % de los votos al candidato Sergio Massa (52 años), de la principal coalición de izquierda (Unión Por la Patria), conformada principalmente por diversas fracciones del peronismo. A diferencia de su oponente en el balotaje y de Meloni, Milei no sería un político profesional. Así como Massa y Meloni cuentan con una larga trayectoria política, tanto en cargos electivos como no electivos, Milei puede ser considerado un outsider que llegó a la presidencia, al margen de las especulaciones sobre su pasado que, por cierto, son muchas. Milei es economista y, tal como él relata, luego de haber pasado por la adhesión a otras posturas económicas, se decantó por las vertientes más extremas del liberalismo (actualmente, se auto percibe liberal libertario). Su profesión lo llevó a una profusa actividad para empresas privadas en la Argentina, a la docencia universitaria y a ser conferencista, asesor económico y seminarista a nivel internacional. No obstante, su arribo a la política tuvo lugar en el año 2010, luego de que congenió su actividad como divulgador de las ideas libertarias con su aparición en los medios de comunicación y en las redes sociales. En efecto, fue en esos años, sobre todo 2014, que Milei comenzó a tener cada vez mayor impacto en diversos públicos de la opinión pública. De modo que su acción y liderazgo políticos comenzaron tardíamente, sobre todo desde 2021, cuando obtuvo el cargo de Diputado Nacional en las elecciones legislativas, a través de La Libertad Avanza, partido que creó ese año.

Simplificando al extremo, Milei con ideas marcadamente de derecha logró no solo derrotar electoralmente a la coalición de izquierda de Unión Por La Patria, sino también a los centro derechistas Juntos Por el Cambio, coalición integrada principalmente por el PRO y por parte de la Unión Cívica Radical. Aun así, al igual que Meloni en Italia, que gobierna junto a Lega Nord y Forza Italia, para llegar al poder Milei contó con los votos que le dieron gran parte los votantes del PRO y de la UCR. Por estos meses,también cada proyecto de ley que envía al Congreso los negocia principalmente con el PRO (que, además, participa del poder ejecutivo) y con la UCR. Milei, como Meloni—al margen de haberse constituido ella en quien lleva las riendas de la derecha italiana—, debe negociar con sus aliados cada proyecto y decisión gubernamental; por tanto, se encuentra en circunstancias parecidas a su par italiana, aunque en una situación más desfavorable, sobre todo si se tiene en cuenta su inexperiencia política. Una pregunta que queda pendiente, entonces, es si, más allá de los problemas típicos de gobierno, Milei podrá consolidar su liderazgo, tal como Meloni pareciera haberlo hecho.

Ahora bien, si bien la principal oposición de centroizquierda (coalición peronista en Argentina, el Partito Democratico—PD— en Italia) tanto a Milei como a Meloni puede ser intransigente ante proyectos legislativos y acciones gubernamentales del ejecutivo, en el sutil arte de la política se proyectan referentes también relativamente jóvenes de izquierda en Argentina y en Italia. Estamos hablando de Elly Schlein por el PD y de Axel Kicillof por el peronismo. Así, por un lado, Elly Schlein unos diez años más joven que Meloni, es la principal líder de la oposición del PD en Italia. Aunque en la otra orilla del arco ideológico, al igual que Meloni, Schlein también tiene una larga militancia política y ha sabido imponerse como la principal política de izquierda, incluso con ideas más a la izquierda que las de su propio partido. Schlein luego de haber ocupado diversos cargos electivos hoy es la principal referente de la oposición en Italia, habiendo sido elegida secretaria del PD en 2023 y actual diputada desde 2022. Por su lado, Kicillof (economista, al igual que Milei), también de larga militancia política —aunque sus inicios no hayan sido peronistas— se desempeña, principalmente, en cargos ejecutivos tanto electivos como no electivos. Habiendo ocupado diversos cargos económicos y habiendo sido uno de los referentes económicos de los gobiernos de Cristina Fernández, llegó a ser ministro de Economía entre 2013 y 2015. Actualmente, se encuentra —desde 2023— en su segundo mandato como gobernador de la provincia de Buenos Aires, el distrito con mayor peso electoral del país, habiendo obtenido en la última elección casi el 45 % de los votos, siendo reelecto sin necesidad de segunda vuelta.

Luego de estas descripciones, realizo algunas reflexiones finales sobre gobierno y oposición en Italia y Argentina. La premier Meloni se encuentra solidificada en su liderazgo, al margen de que tenga que negociar de forma constante con quienes forman parte de su alianza. Al margen de esto último, podría pensarse que sus aliados tienen bien en claro que Meloni es quien puede mantener a la derecha italiana al frente del Estado, tal como lo señalara en una reciente entrevista el politólogo italiano Gianfranco Pasquino, quien vaticina muchos años para Meloni en su cargo —no así para Milei. Además, su proyección no solo es nacional, también internacional, como quedó ratificado en los resultados electorales de las últimas elecciones al Parlamento Europeo de junio. Por su lado, Milei todavía tiene un liderazgo débil, incluso entre referentes de su propio espacio político: los escándalos están a la luz del día. En segundo lugar,tiene muchas asperezas que limar por el enorme ajuste social que su política económica implica. En tercer lugar, sus alianzas con otras fuerzas de derecha, por momentos, parecieran romperse y podría pensarse que sin el apoyo del PRO el actual Gobierno se quedaría sin sostén para gobernar el país. A nivel internacional, Milei se muestra en algunas giras internacionales como si fuera una estrella de rock, presentándose como uno de los líderes mundiales de las nuevas derechas. Sin embargo, parecieran ser más bien autopercepciones que no se traducen en hechos, dado que, por caso, su Gobierno no pareciera haber encontrado nuevas vías de financiamiento, tan necesarias en un momento crítico a nivel económico.

En este contexto, los dos principales referentes opositores tienen tiempo para constituirse como líderes de izquierda con posibilidades de llegar al gobierno. A juzgar por los malos resultados electorales recientes, Schlein tiene un largo trecho por delante, también teniendo en cuenta que todavía tiene mucho que aprender, mientras que Kicillof pareciera contar con un gran apoyo en el mayor distrito electoral de Argentina. Tal vez, uno de los mayores problemas que enfrente Kicillof sea que el gobierno de Milei sea exitoso a nivel económico, por lo que su alter ego economista Milei podría discutirle resultados económicos que, por cierto, Kicillof no obtuvo; todo lo contrario, cuando tuvo cargos económicos, gran parte de los problemas argentinos se profundizaron. Pero ello está por verse porque, más allá de haber reducido la intensidad de la inflación, el gobierno de Milei ya trajo otros problemas tan graves como aquel y sobre los cuales diversos públicos de la opinión pública ya acusaron recibo. Para concluir, lo cierto es que, al margen de si Milei llegase a tener éxito en la economía, quizá sea más importante que Kicillof aprenda a liderar a las fuerzas de izquierda que le permitan destrabar las luchas internas del peronismo en su camino como candidato presidencial en 2027.