Culmina una semana de furia en el peronismo bonaerense, aunque muchas de las voces principales de los distintos campamentos sigan hablando de la unidad, lo cierto es que la disputa real se va desplazando hacia establecer quién será el responsable de una eventual ruptura. Movimientos de las últimas horas a ambos lados de la grieta peronista apuntan en esa dirección.

Kicillof reunió a 44 intendentes que lo respaldan este viernes en la Gobernación bonaerense. El objetivo de la reunión fue informar un estado de situación y trazar ciertas líneas de lo que se viene. El ministro de Gobierno, Carlo Bianco, explicó las conversaciones que mantuvo con el Gobierno nacional en pos de organizar y garantizar la elección desdoblada. Los jefes comunales acordaron impulsar la suspensión de las PASO, pero al momento de la discusión política la cosa se puso más áspera. 

Según un intendente presente en el encuentro, el Gobernador “ni fue a fondo en el enfrentamiento con La Cámpora, ni tampoco se plantó en la posibilidad de llegar a un acuerdo”. Esa posición intermedia dejó poco satisfechos a varios de los jefes comunales que más empujan a Kicillof a un enfrentamiento abierto y a todo o nada con CFK y Máximo Kirchner.

Hacia el final del encuentro, uno de esos intendentes levantó la voz: “no estamos discutiendo un desdoblamiento, estamos discutiendo si lo van a dejar gobernar a Axel y si lo van a dejar ser presidente en 2027”. Esas palabras marcan el pulso de lo que se vive en el Gobierno provincial, donde La Cámpora sigue ocupando cuatro Ministerios y controla buena parte de la Legislatura, donde el Ejecutivo no logró que se aprobaran leyes fundamentales como el Presupuesto 2025. De ahí la picante denuncia de esta semana de Andrés Larroque, quien dijo que la organización de Máximo Kirchner protagoniza “un golpe institucional en la PBA”.

En la puerta de la ruptura

“Kicillof ya tomó la decisión de emanciparse, pero no quiere quedar en el lugar de ser el que rompe”, expresó a Diagonales otro intendente presente en el encuentro del viernes. El apuro de algunos jugadores que lo acompañan contrasta con el paso sobre seguro que intenta dar el gobernador, agotando toda instancia posible para despegarse de una actitud rupturista que lo fortalecería ante algunos de sus aliados pero le resultaría cara a los ojos del electorado peronista y kirchnerista cansado de la interna.

“Si Axel hubiese querido cagar a Cristina como dice La Cámpora, hubiera decretado el desdoblamiento mucho antes para no llegar con este nivel de incertidumbre a este momento del año”, se justifican ante este medio desde las entrañas del kicillofismo. Lo cierto es que las negociaciones no llegaron a ningún puerto, y hoy por hoy, con el desdoblamiento decretado, aún tiembla el suelo del peronismo y no termina de estar claro cuál será el esquema electoral ni de alianzas.

En ese sentido, una de las cuestiones principales sigue siendo la suspensión de las PASO. Luego de la reunión, llegó a la presidencia del Senado provincial un pedido de sesión especial para este martes con objeto de avanzar en tres proyectos que establecen la suspensión: el presentado por el Ejecutivo, el de la senadora del PRO, Aldana Ahumada, y el del senador de LA Libertad Avanza, Carlos Curestis. El proyecto de Teresa García, que planteaba la suspensión pero incluía también la concurrencia de las elecciones, quedó fuera del pedido.

Desde el cristinismo difundieron con velocidad el pedido de sesión haciendo énfasis en que “no hay un sólo senador peronista” entre los firmantes, y resaltando la solicitud opositora de dar tratamiento al proyecto de Kicillof. El mensaje entre líneas dar por supuesta una negociación entre el oficialismo provincial y la oposición en la que el cristinismo quedó por fuera. Diez días atrás, cuando se estaba cocinando una sesión en Diputados en la que se decía que se instauraría la concurrencia, la acusación era a la inversa y el kicillofismo denunciaba negociaciones del cristinismo y el massismo con el PRO y LLA para imponerse frente al planteo del gobernador sobre el desdoblamiento.

CFK y Máximo reúnen a la tropa bonaerense para ordenar la guerra con Kicillof

En esta última jugada del kirchnerismo se adivina un posible movimiento posterior, en caso que efectivamente el próximo martes avance la suspensión de las PASO, algo que Kicillof podrá presentar como un triunfo. “Lo van a tratar de traidor, de que arregla con la oposición para ir contra CFK”, explican desde un municipio alineado con el gobernador.

Lo cierto es que, tanto en on como en off, desde el cristinismo ya señalaron a Kicillof como el padre de la ruptura. Una vocera más que autorizada, como es Mayra Mendoza, lo expresó en distintas entrevistas post anuncio del desdoblamiento. El lunes pasado, luego del anuncio, fuentes cristinistas apuntaban contra el gobernador tratándolo como el “responsable de la disolución de un proyecto nacional”, y “un suicida” por “dividir al peronismo”. 

El cristinismo se encargó de dejar en claro igualmente que no bajará sus banderas por la concurrencia. Lo dijo el presidente del bloque de diputados de UP, Facundo Tignanelli, al afirmar “queremos hacer caer los dos decretos”, en referencia tanto al que fijó las PASO para el 13 de julio como el que fijó las generales para el 7 de septiembre. 

Lo dijo también una vocera externa al núcleo cristinista y que no suele dar muchas declaraciones, pero que salió a jugar dando un par de entrevistas luego de una reunión de CFK con intendentes y su tropa bonaerense el miércoles pasado en un sindicato de la CABA. Mariel Fernández, intendenta de Moreno y peso pesado en el Movimiento Evita, le dijo a Infobae que CFK “insistirá con la concurrencia. Hay unos proyectos que están en el Senado para que las elecciones sean concurrentes”. Sin embargo, Fernández agregó luego que “si termina ocurriendo que finalmente la propuesta es de desdoblamiento, ella va a priorizar la unidad del peronismo”. Habrá que verlo.

Con la candidatura de CFK a diputada por la Tercera Sección electoral dada como un hecho por parte del universo cristinista, la arquitectura para esa posible unidad aparece como un rompecabezas difícil de armar. Sobre todo si, como sucedió en los últimos días, otros jugadores de peso se anotan desde la tropa kicillofista para enfrentarla en las urnas. Así lo dejó entrever el presidente del bloque de concejales de UP en Avellaneda, Jorge Alessi, quien postuló al intendente Jorge Ferraresi para el mismo puesto en las listas para el que se anota CFK. 

Ferraresi sería candidato en la Tercera para enfrentar mano a mano a CFK

Así, la unidad resuena en los dos campamentos enfrentados del peronismo bonaerense, pero ambos parecen prepararse para una ruptura intentando no quedar en el centro de la responsabilidad. De “la patria es el otro” a la culpa es del otro. Con un agravante: si el quiebre se efectiviza a nivel provincial podría replicarse para los cargos nacionales. El 7 de agosto cierran las inscripciones de alianzas a nivel nacional, y el 17 del mismo mes las listas. Esos cierres se darían en medio de una campaña bonaerense que podría estar marcada por el enfrentamiento intrafamiliar del peronismo. La unidad se parece cada vez más a una expresión de deseo que a una realidad concreta.