La elección del gobierno de María Eugenia Vidal del flamante jefe interino de la Policía Bonaerense, Fabián Perroni -que reemplaza al "renunciado" Pablo Bressi- generó polémica por su pasado vinculado a torturas y apremios ilegales ocurridos en la Comisaría Novena de La Plata.

En la misma comisaría donde las fuerzas policiales torturaron y desaparecieron en 1993 al estudiante de la Facultad de Periodismo de la UNLP, Miguel Bru, Perroni se desempeñaba un año antes como oficial inspector y formó parte de la investigación a una banda que asaltaba carnicerías, que terminó con la detención en la seccional de Julio César Medina, quien denunció que fue torturado y sometido a fuertes castigos físicos.

En 1997, Perroni y el oficial Walter Rubén Abrigo fueron detenidos por orden del juez Ernesto Domenech, quien los acusó por los delitos de "torturas y violación de los deberes de funcionario público". Al primero lo acusó de torturar a Julio César Medina y al segundo al estudiante Miguel Bru.

Abrigo fue condenado a perpetua por la desaparición de Bru (murió en la cárcel sin dar a conocer dónde está el cuerpo de Miguel), mientras que el actual jefe de la Bonaerense fue sobreseído y, a pesar de su paso a disponibilidad preventiva durante dos años, no recibió sanciones disciplinarias y fue reincorporado a la fuerza.

"Lo primero que se me cruzó es que tal vez este señor sabe dónde está Miguel ¿no?", afirmó Rosa Bru y explicó "Yo siempre hago hincapié en los oficiales, ellos no eran ajenos a todo lo que pasó. En su momento cuando había una pista yo por ahí decía no, porque ellos no tenían la jerarquía. Pero cualquiera que conoce cómo procede la Policía sabe que ellos no son ajenos, que entre ellos todo se sabe".

La madre de Miguel Bru, que hace más de 20 años pide por la aparición del cuerpo de su hijo, consideró además que "si Perroni y Abrigo eran compañeros y usaban el mismo modus operandi, no veo por qué no puedo pensar que el nuevo jefe de policía sepa dónde está mi hijo. Procedían exactamente igual". 

Por su parte el nuevo jefe de la Bonaerense, en una entrevista con Clarín, se despegó de las acusaciones y afirmó "Yo le conté al ministro (Cristian Ritondo) lo que había pasado, porque sabía que se iban a colgar de eso. Pero es mentira. Yo no soy un torturador".