El acuerdo era simple: si superaban el examen de idoneidad -que cosechó un 95% de aprobación solo en el primer intento de los tres disponibles- se quedaban en sus puestos. A los trabajadores del Hospital Laura Bonaparte les habían prometido incluso un contrato por un año; sin embargo, cuatro días después echaron a un tercio del personal pese a ser evidentemente “idóneo”. El doloroso caso de la institución médica describe el escenario que atraviesan miles de empleados de la administración pública al filo de la motosierra: “Nos despiden sin justificación”.

En el único centro público de salud mental de todo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como mínimo 200 empleados serán corridos a las calles por decisión del Gobierno Nacional. La medida responde al plan de “reestructuración” del ministerio de Salud que contempla 1.400 despidos y otros tantos recortes en organismos descentralizados y hospitales como el Bonaparte. No distingue áreas, experiencia, currículum ni “idoneidad”: en solo una semana, los trabajadores pasaron de recibir la nota aprobada de su examen al aviso de su “no renovación” de contrato.

“El lunes pasado fui a dar el examen de idoneidad que me exigieron. Yo soy idónea en mi trabajo, como lo avala la facultad donde yo me recibí. Nos hicieron hacer un examen de matemática y leyes que tuve que repasar y estudiar. Lo aprobé y así y todo nos despidieron igual”, reveló a C5N una sollozante ahora exempleada del centro médico – una psicóloga, universitaria, con años de formación y otros tantos de servicio, que ahora deberá “rebuscársela” por el impacto del ajuste libertario.

Desde luego, a la desesperación por el despido se le suma la bronca por las formas: “Nos habían prometido que si rendíamos bien ese examen nos iban a hacer el contrato por un año, y cuatro días después nos despidieron. Es tremendo lo que está pasando. No pudieron cerrar el Hospital el 4 de octubre y ahora lo quieren cerrar con todos estos despidos masivos sin justificación”. Los que pierden no son solo los estatales, sino, especialmente, la comunidad: “Yo puedo trabajar en otro lado, pero los pacientes no tienen otro lugar”. Postales tristemente corrientes en la Argentina de la libertad.