El peronismo atraviesa momentos de recomposición y redefinición de sus equilibrios internos. Con muchos debates aún no saldados en torno a lo que fue la experiencia de gobierno del FdT, con las tensiones en la provincia de Buenos Aires entre el gobernador, Axel Kicillof, y el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, el principal punto de unidad hoy por hoy pasa por lo que está enfrente. En las críticas al Gobierno nacional se sedimenta y se sostiene una unidad que no podría sufrir otros riesgos si el adversario político no fuera el experimento libertario sin límites.

La principal impulsora de esa línea es la propia CFK. La ex presidenta salió en el momento más caliente de la interna bonaerense a intentar enfocar los cañones hacia las políticas de la administración nacional. Su frase “dejen de discutir boludeces”, tras larguísimos minutos de exposición sobre los principales déficits del Gobierno libertario, buscó marcar un camino para mantener atado con alambres lo que por sí mismo empezaba a crujir. Justamente una de los puntos en los que CFK fustigó aquella tarde en Quilmes a la gestión nacional fue su política energética.

Este miércoles, a partir de la crisis desatada por la falta de gas, CFK retomó la ofensiva con un picante mensaje publicado en sus redes. “Con superávit dibujado (en mi barrio le dicen trucho) y sin gas en el caño”, comenzó la ex presidenta, que recordó como “en autocrítica online” durante el gobierno del FdT, hizo mención al problema de “de los funcionarios que no funcionaban”. En aquel momento, las palabras de CFK apuntaron contra ministros del gabinete de Alberto Fernández y provocaron un tembladeral que se llevó puestos a varios funcionarios en los primeros años de la gestión.

X de Cristina Kirchner

CFK retomó aquella recordada intervención para actualizarla en tiempos de Milei: “Con el actual gobierno, al problema de funcionarios que tampoco funcionan (porque no saben o no entienden) se le ha sumado uno infinitamente más grave: el de las ideas que no funcionan, combo letal en materia de gestión estatal”, sentenció.

La ex presidenta calificó de dogma la visión de “¡superávit fiscal o muerte!”, y afirmó que “está destinado al fracaso”. Ejemplificó su planteo con los millones de dólares de más que el Gobierno nacional está abonando en la compra de combustible líquido a raíz de haber suspendido la obra pública y no haber invertido un monto mucho menor para terminar de funcionalizar al tope de su capacidad el gasoducto Néstor Kirchner.

La líder del peronismo concluyó sentenciando que “con funcionarios que no funcionan más ideas que tampoco funcionan… nada puede salir bien”, y se dejó un espacio para una chicana a Milei: “no voy a hacer ningún comentario sobre la ausencia del Presidente en estos momentos tan complicados, por estar de gira artística en el país del norte. Ya lo habíamos caracterizado el 14 de febrero en nuestro documento “Argentina en su tercera crisis de deuda”: un showmaneconomista en la Rosada”.

Axel Kicillof tuvo un día de inauguraciones en los municipios de General Lavalle y Tordillo, donde celebró la finalización de Centros de Atención Primaria de Salud y nuevas viviendas construidas por la provincia. Allí, el gobernador disparó contra el presidente y el Gobierno nacional por su abandono de la obra pública y su dedicación permanente al plano de la discusión teórica y filosófica en medio de un país en crisis. “El mismo Gobierno nacional que tiene toneladas de alimentos sin distribuir, desertó de sus obligaciones e interrumpió la construcción de los Centros de Desarrollo Infantil. Frente a ese desinterés de las autoridades nacionales, desde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires nos vamos a hacer cargo de continuar y terminar las obras”, expresó, en una reafirmación de su polarización con el presidente desde el eje de la gestión.

El peronismo se abroquela en las críticas a Milei, con CFK a la cabeza: “Funcionarios e ideas que no funcionan”

Pero Kicillof fue un paso más allá, y criticó también la perspectiva ideológica de Milei, en línea con lo expresado por CFK. “Las políticas de desregulación siguen generando muchos problemas”, lanzó en una de sus intervenciones, y más tarde profundizó: “el Gobierno nacional intenta aplicar ideas económicas que nunca se llevaron a cabo en ningún lado; ya quedó claro quiénes se benefician y quiénes se perjudican con este plan que apunta a destruir el Estado”. Para concluir, el gobernador trazó una vez más sus diferencias con Milei: “los problemas no se resuelven teorizando o filosofando, sino haciendo. Aún con un Gobierno nacional que nos quita los recursos y paraliza las obras, en la provincia vamos a seguir trabajando para terminarlas y darles respuestas a todos y todas las bonaerenses”.

Quien también se viene mostrando muy activo en las redes sociales y vuelve a aparecer en el debate a partir de las entrevistas que viene otorgando, es el ex presidente Alberto Fernández. También con un extenso posteo en su cuenta de X, el ex primer mandatario se despachó contra Milei por la crisis del gas, bajo el título “Otra mentira del “gobierno libertario” para ocultar su ineptitud”.

X de Alberto Fernández

“Cuando uno cree que logra el superávit paralizando la obra pública, solo genera problemas que después son difíciles de resolver. Se trata de funcionarios que, por defender un dogma, manipulan cifras y siempre mienten o cargan en otros sus culpas cuando se revela el desastre que han causado”, expresó Fernández también siguiendo la línea de la crítica de CFK. El ex presidente se dedicó a responder uno por uno los argumentos con los que el Gobierno intentó responsabilizar a su gestión por la falta de gas.

“Los contratos de importación de gas no se disponen ya de un año para otro. La planificación se hace durante los primeros dos meses del año con el análisis de oferta y demanda de gas”, afirmó Fernández, quien también agregó “nuestra gestión de gobierno no solo terminó el Gasoducto Néstor Kirchner en tiempo récord (hecho que debería agradecer el “gobierno libertario” porque hoy es un sostén enorme para la energía del país) sino que cancelamos todas las obligaciones exigibles al momento de dejar la gestión”. Fernández finalizó, como sus compañeros partidarios, criticando la matriz conceptual que guía las políticas del Gobierno: “El problema central está en lo que creen. Descreen de la obra pública y de desarrollar cualquier acción en favor de mejorar la infraestructura. Sigan así. Como diría Tato Bores "vermouth con papas fritas y good show”.

La tercera pata del FdT devenido en Unión por la Patria, el Frente Renovador de Sergio Massa, también se sumó a las críticas a Milei. La espada del massismo fue el ex presidente de Enarsa, Agustín Gerez, quien afirmó que “los cortes de GNC de hoy se podrían haber evitado si el Gobierno hubiera tomado las medidas necesarias cuando asumió en diciembre. El costo de la gestión ineficiente en materia energética cuesta y lo pagan todos los argentinos”.

El peronismo se abroquela en las críticas a Milei, con CFK a la cabeza: “Funcionarios e ideas que no funcionan”

El ex funcionario encargado de la empresa de energía argentina criticó el hecho de que “con motivo de mostrar un superávit ficticio, decidieron importar menos cargamentos de gas y acá están las consecuencias. Nos llevaron a esta situación de estrés extrema que no se vivía desde 1984”. Criticando el gasto innecesario de 600 millones de dólares en importación de energía que se podrían haber ahorrado vía inversión en terminar el gasoducto, Gerez sentenció que “hay una falta de planificación que con el correr de los días empieza a consolidarse en una crisis que va a durar todo el invierno. Si el Gobierno hubiera tomado la decisión en enero de continuar con los dos meses de trabajo que le faltaban al gasoducto, hoy no tendríamos este problema”.

Lo que difícilmente pueda lograrse en una discusión política sobre los resultados de su gobierno, el peronismo lo consigue en su afirmación a través de las críticas a Javier Milei y sus decisiones de gobierno. Por ahora, un escenario que no deja de ser defensivo y que deberá complementarse con la construcción de alguna alternativa política que vuelva a conectar con la sociedad, si es que el justicialismo pretende llegar competitivo a las urnas. Ese es un desafío de otra naturaleza y mucho más complejo que unificarse en las críticas a un Gobierno a todas luces ineficiente, y habrá que ver el grado de madurez que la dirigencia peronista muestre al momento de encararlo. Por ahora, todos los cañones apuntados a debilitar al León.