Tal parece que el presidente Javier Milei pasó por el confesionario ante los empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA) este lunes, a los que le admitió en un cuanto menos interesante sincericidio el verdadero sustento de su plan de Gobierno: “Vinimos a achicar el Estado para agrandarles el bolsillo a ustedes”. Cuestionó la “justicia social”, apuntó a los “degenerados fiscales”, anunció bajas de impuestos para los privados, y no se refirió en absoluto al veto que promulgó esta mañana contra el aumento de las jubilaciones.

“Esta administración está empecinada en reducir el costo argentino en la totalidad de la vida económica para mejorar la competitividad en todos los sectores productivos. Vinimos a achicar el Estado para agrandarles el bolsillo a ustedes”, lanzó el mandatario en el acto por el Día de la Industria organizado en la sede de la organización. El lapsus de honestidad brutal fue bienvenido por los empresarios e industriales presentes, quienes se llevaron como souvenir la confirmación de que el Gobierno eliminará el Impuesto PAIS por completo en diciembre.

“La mejor política industrial es terminar con la inflación, devolverle el futuro a los argentinos de pie, la posibilidad de planificar, ahorrar y ser dueños de sus decisiones económicas. Solo si al conjunto de la sociedad le va bien le puede ir bien a la industria de manera sostenible. Estabilidad significa libertad”, expuso a continuación el Presidente. Sus declaraciones fueron acompañadas por las usuales críticas a los actores políticos y sociales que delezna: periodistas, a los que tildó de “ensobrados”; legisladores, a quienes llamó “degenerados fiscales”; y a las gestiones precedentes, a las que trató de “ladronas”.

Asimismo, Milei sostuvo: “En ocho meses solucionamos un problema de deuda comercial récord sin precedentes mundiales. Podríamos hasta decir que salvamos al sector, y aún al día de hoy y con tantos anuncios positivos a cuestas tenemos que escuchar a algunos degenerados fiscales hablar de ‘industricidio’”. El líder libertario mechó las declaraciones con reclamos contra “los costos laborales que se desprenden de regulaciones vetustas” y menciones de sus reiterados lemas de campaña, esta vez redoblados frente al establishment: “Vinimos a bajar impuestos, no a subirlos”.