Mueve Máximo en la interna con Kicillof por el futuro del peronismo
El líder de La Cámpora encabezará una muestra de fuerza propia en un escenario mítico para el kirchnerismo en La Plata. Estética retro nestorista para disputar la legitimidad de origen del proyecto K. El gobernador con agenda propia, enfocado en la gestión y la oposición a Milei. Quiénes acompañarán a Máximo. Elecciones del PJ bonaerense en stand by.
Este viernes dejará otro potente episodio del proceso de reconfiguración que atraviesa el peronismo en general, con un epicentro definitorio en la provincia de Buenos Aires. Luego de lo que fueran el fin de semana pasado las apariciones públicas tanto de CFK como de Axel Kicillof, hoy será el turno del líder de La Cámpora y primer lugarteniente cristinista, Máximo Kirchner. El diputado nacional será el único orador de un acto que se celebrará esta tarde en el mítico club Atenas de La Plata, un escenario que vio florecer al propio Néstor Kirchner en los albores de su crecimiento como figura nacional,y que más de una vez fue tribuna de expresión del kirchnerismo.
Las reminiscencias al orígen no pasan sólo por la locación elegida ni son inocentes. La organización del acto eligió no incluir el nombre de Máximo en la convocatoria, enfatizando sólo en el apellido Kirchner y con una estética retro que remite a la emergencia de Néstor como líder del movimiento político que sacaría a la Argentina de la crisis tras el estallido del 2001. “Armar de nuevo” es la consigna elegida por el núcleo duro cristinista para una convocatoria que, evidentemente, apunta mucho más lejos que el acto de esta tarde y que abre preguntas en torno a qué significa ese armar de nuevo, quiénes estarían dentro y bajo qué condiciones.
Algunas de esas dudas quizás empiecen a responderse a partir de las 17 de hoy cuando Máximo se dirija a su tribuna. En la previa, el contenido de su mensaje se guarda celosamente bajo 7 llaves y no quieren hablar de eso ni en el entorno del diputado ni en el del gobernador bonaerense. La tensión se respira en el aire y nadie quiere hacer movimientos ni interpretaciones prematuras que puedan envejecer rápidamente. Sin ser adivino, sin embargo, resulta evidente que el hijo de CFK se referirá a las discusiones internas que hoy atraviesan al peronismo impidiendo el trazado de estrategias y horizontes comunes.
La convocatoria, difundida en redes por el dispositivo que rodea a Máximo y encabezan dirigentes como Mayra Mendoza, Wado de Pedro o Facundo Tignianelli, partió de una cuenta con nombre y estética que también remite al kirchnerismo de origen. “Ahora Kirchner”, se lee con la histórica imagen de la K inicial de apellido montada sobre la forma de la Argentina, un recurso estético de las primeras campañas nacionales de Néstor Kirchner. El mensaje parece ser un volver a las bases refundacional que, nuevamente, sugiere interrogantes. ¿Ahora Kirchner significa ahora Máximo? ¿Tal vez un regreso al plano electoral de CFK?
Las dudas se montan sobre un contexto en el que la ex presidenta intensifica su actividad y sus apariciones públicas, al mismo tiempo que chocan con la construcción de un “ahora Kicillof”, que se viene empujando desde distintos sectores del peronismo bonaerense y que cuenta con una fuerte pregnancia en la militancia y la base social kirchnerista. Lo que durante meses apareció como una disputa entre los dos hijos de CFK, el biológico y el político, hoy se muestra cada vez más como una tensión creciente entre el gobernador bonaerense y la ex presidenta, cada vez más referenciada con el núcleo camporista.
ACTIVA, ¿ENCABEZANDO?
CFK ya dejó en claro que su rol en la reconstrucción del peronismo será de protagonismo. A diferencia de los primeros meses de la gestión de Milei, en las últimas semanas la ex presidenta no sólo mantiene reuniones en privado con dirigentes y militantes, sino que las hace públicas. Recientemente se mostró junto a referentes estudiantiles de La Cámpora que integraron coaliciones que ganaron centro de estudiantes en distintas Facultades de la UBA, y también junto a dirigentes de la juventud sindical.
La semana pasada, y en la previa al acto que el kicillofismo venía organizando hacía semanas en Mar Chiquita, CFK armó clase magistral en Merlo, de la mano de intendente Gustavo Menéndez. El gobernador fue invitado a último momento, y aunque en su entorno no sintieron la misma incomodidad que en la presentación de CFK en Quilmes, lo cierto es que la ubicación en primera fila y la llamada posterior a subir al escenario junto a otros dirigentes no consiguió opacar el hecho de que no hubo una sola mención a Kicillof en un discurso en el que la ex presidenta apuntó contra Milei en las mismas claves que el bonaerense lo hace día a día en sus actos de gestión.
“Sonó más a canciones nuevas”, opinaron cerca del gobernador sobre la tónica del discurso de CFK del viernes pasado, intentando no despegarse demasiado de la figura de la ex presidenta. Una línea en la que hace tiempo se mueve Kicillof, pero no que no queda claro hasta qué punto comparte la propia CFK. Un indicio al respecto lo expuso Mayra Mendoza, quizás la camporista más mimada por CFK junto a Máximo, en un comentario en IG que se viralizó en las últimas horas. “Kici conducción”, comentó un usuario sobre una publicación y se ganó la respuesta tajante de la intendenta de Quilmes: “no Pa, todo bien, pero CFK conducción”.
La tensión entonces ya no parece reductible a una disputa entre Kicillof y Máximo Kirchner o La Cámpora, sino que se traslada a la pregunta por quién terminará encabezando la estrategia del peronismo cuando termine este proceso de reacomodos. Si CFK está jugando para empoderar a alfiles propios o si está dispuesta a volver al primer plano de la conducción, lo cual exigiría su candidatura el año que viene y eventualmente en 2027, es la gran pregunta que seguirá marcando el pulso de la interna peronista por lo menos hasta principios del 2025.
LA MARATÓN DE KICILLOF
“Acá no gana el que corre más rápido, es un proceso largo”, describen en la Gobernación bonaerense en relación al proceso de reordenamiento peronista que califican como “una maratón”. En el núcleo kicillofista prefieren no opinar sobre el acto de esta tarde de Máximo Kirchner, en parte porque entienden que habrá muchas situaciones como esta hacia adelante y que “no hay que apurarse”. Hoy por hoy, interpretan, no es tiempo de tomar decisiones definitivas ni quemar ninguna nave. “Se trata de correr, aguantar y llegar, siendo estratégicos”, sentencian.
El gobernador y su entorno siguen enfocados en una construcción que definen en tres ejes: ser oposición a Milei evidenciando “el desastre que está haciendo”, gobernar bien la provincia para mostrar una alternativa a ese desastre de Milei, y “construir una opsicón para que la gente nos quiera votar”. El reconocimiento sobre que el peronismo perdió esa representación de las mayorías el año pasado, y que la manera de recuperarla es tanto la denuncia de los descalabros del Gobierno nacional como el exhibir resultados desde la gestión propia, son los pilares en los que erige hoy el kicillofismo en su carrera de largo aliento.
En La Plata intentan no subir el tono de la interna y se concentran en una agenda propia de gestión y discusión política con el Gobierno nacional. “Hubo directiva del gobernador de bajar la espuma”, comentaba a Diagonales días atrás un funcionario bonaerense. En ese sentido, en el núcleo kicillofista evitan pronunciamientos sobre lo que puede dejar la movida de Máximo esta tarde, partiendo de que “la foto de hoy es sólo eso, una polaroid de un momento, dejemos que el agua siga corriendo”.
LAS PIEZAS PARA “ARMAR DE NUEVO”
Máximo y La Cámpora movilizarán lo suyo esta tarde a La Plata para dar una imagen de fortaleza propia en medio de estas discusiones internas del peronismo. Serán primera línea del acto intendentes como Mayra Mendoza, Julián Álvarez y Damián Selci, junto a otros referentes como Wado de Pedro y Facundo Tignianelli. Pero el diputado nacional tiene líneas propias desplegadas por el territorio bonaerense y la foto de esta tarde marcará algunos de esos alineamientos.
El intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, que organizó la clase magistral de CFK el viernes pasado, circuló una invitación a los jefes comunales de la Primera Sección Electoral para asistir al club Atenas. Algunos de ellos no irán, como es el caso de Leonardo Nardini o Fernando Moreira. Otros sí, como la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, que viene jugando muy cerca de Máximo a punto tal que el sábado pasado, mientras Kicillof desarrollaba su plenario en Mar Chiquita, ambos recorrieron juntos una feria en el distrito que comanda la referente del Movimiento Evita.
Justamente el Evita será una de las organizaciones que aportará una delegación al acto de Kirchner, encabezada por Fernández y Leonardo Grosso. Habrá que ver si también dan el presente Emilio Pérsico y su pareja, Patricia Cubría, que sostiene una disputa con Fernando Espinoza en La Matanza en la que se resume buena parte de los alineamientos con la gobernación o con La Cámpora por parte del Movimiento Evita.
Martín Sabbatella también llevará su tropa al acto de Máximo. El dirigente de Nuevo Encuentro, que comienza a edificar un retorno a la intendencia de Morón, está hace tiempo del lado de Kirchner en la grieta interna del peronismo bonaerense. En esa misma clave puede ubicarse a Federico Otermin, intendente de Lomas de Zamora y hombre de Martín Insaurralde, principal aliado bonaerense de Máximo que sigue jugando por lo bajo para empoderar al diputado nacional en su objetivo de conducir la provincia.
URNAS EN STAND BY
Máximo sorprendió hace unos meses cuando anunció que anticiparía las elecciones del PJ provincial al 17 de noviembre de este año, emparentándolas con las del partido nacional y en pos de lograr una importante participación de los afiliados en las urnas. La jugada implicaba trasladar estas discusiones al plano electoral interno, y aparecía como una forma de saldar las diferencias con votos.
Finalmente el anuncio quedó en la nada, ya que el comicio debía ser convocado por un órgano partidario con 60 días de antelación a la fecha señalada, plazo que venció este jueves sin que hubiera ninguna novedad. La cuestión pasó con intrascendencia al interior del partido, sintetizada en una opinión que surge desde la gobernación platense, quizá el sector que debería estar más interesado en una renovación partidaria que empoderar a Kicillof de cara a lo que será la conformación de listas del año que viene: “tiene un año más de mandato y lo mejor es respetar la institucionalidad. Nadie quiso romper lo que está y sumar un ruido más”.
En esa opinión se resume el estado de situación del peronismo bonaerense. Las diferencias están como nunca antes sobre la mesa, pero no hay una madurez suficiente en los armados como para llevarlas a las últimas consecuencias en una disputa que termine de saldar quién conduce y quién acompaña. Con pesos pesadísimos como Kicillof y la propia CFK en los polos de la discusión, con la incertidumbre de cuál será el lugar en el que terminará posicionándose la ex presidenta en la reorganización peronista y, fundamentalmente, con la necesidad de unificar los cañones contra Milei, habrá que seguir la maratón con paciencia y atento a las distintas carreras que se vayan corriendo. Esta tarde será el turno de uno de los protagonistas, y la atención pasará fundamentalmente por si corre bajo el nombre de “Máximo” o el de “Kirchner”.