“Cuando suena la campana, te sacan el banquito y uno se queda solo”. La suspicaz frase del inolvidable Ringo Bonavena aplica por estas horas como nunca antes a la situación política de Axel Kicillof. El gobernador bonaerense se trenzó en su primera gran batalla política con el Gobierno nacional y perdió tras la confirmación de que la planta de GNL que YPF y Petronas construirán finalmente irá a Punta Colorada, Río Negro, y no a Bahía Blanca como la gobernación venía impulsando. Subido al ring desde el minuto cero, los rounds anteriores en los que Kicillof tuvo buenas y malas en su rol de principal opositor al Gobierno de Javier Milei no pueden compararse con la dimensión de este KO político, por el cual ya le pega piso todo el anti peronismo y frente al que pocos salen a defenderlo.

Esta mañana el gobernador brindó una conferencia de prensa en la que denunció como una decisión ideológica y política la definición por Río Negro en lugar de Buenos Aires como sede de la inversión que demandará unos USD 30 mil millones, y que podría generar una cifra similar en exportaciones anuales a partir de 2031. Kicillof habló del “látigo y la chequera” con la que el Gobierno nacional pretende disciplinar y alinear a los gobernadores y, más allá de dar en el clavo con su diagnóstico, terminó por reafirmar la victoria política de Milei, que hoy se traduce en un encuadre del tema en el debate público que expone al bonaerense como responsable de que la provincia se perdiera tamaña inversión por no haber adherido al RIGI y por su posiciones ideológicas.

La jugada de Milei es falaz pero efectiva. La no adhesión de la PBA al RIGI nacional no implica que la planta de GNL no pudiera instalarse en suelo bonaerense. Al no tratarse de una comercialización de recursos naturales de la provincia sino de un proceso de industrialización de una materia prima como cualquier otra, el régimen de inversiones que el Congreso le avaló a Milei cuenta para la PBA como para cualquier otro distrito del país. Más aún, mientras que en Río Negro se demandará una inversión millonaria para poner en condiciones el puerto de Punta Colorada para que pueda exportar el gas de Vaca Muerta, el de Bahía Blanca está operativo y permitiría comenzar las operaciones, y por lo tanto la entrada de divisas, mucho antes. Sin embargo, la lectura instalada por el Gobierno nacional de que la rigidez ideológica y política de Kicillof ahuyentó la inversión hacia Río Negro se impone en la arena pública por sobre las explicaciones de la gobernación bonaerense.

X de Axel Kicillof

LÁTIGO Y BILLETERA

El Gobierno nacional jugó a aislar a Kicillof y lo consiguió. Empezando por que la puja por la planta de GNL no se dio con un gobernador de otro signo político sino con alguien de UP, el rionegrino Alberto Weretilneck. En la misma línea, Milei consiguió un apoyo patagónico para la definición, encarnado en mandatarios como Rolando Figueroa, de Neuquén, o Ignacio Torres, de Chubut. La misma Patagonia que amenazó hace unos meses al Gobierno nacional con cortar el suministro de hidrocarburos por la retención de las transferencias a las provincias, hoy festeja como una decisión histórica de federalismo el anuncio de la inversión que Río Negro le ganó a Buenos Aires.

El mismo Ignacio Torres a quien Milei tildara de “Nachito” y graficara como un niño con síndrome de down, hoy celebra la planta que se ubicará a poca distancia del límite con Chubut. Poco importan ya las 15 ambulancias entregadas en comodato por la PBA a la provincia de Torres a mediados de mayo, cuando el gobernador bonaerense parecía la punta de lanza de un bloque de mandatarios provinciales organizándose para resistir los embates del Gobierno nacional.

Casos similares al de los patagónicos se dan también en el Norte argentino y en el seno del peronismo. Al rápido primer converso al peronismo libertario, Osvaldo Jaldo, gobernador de una provincia como Tucumán que casi puso un candidato a vicepresidente y fue el corazón de la estrategia electoral de UP en el NOA el año pasado, ya empiezan a sumarse otros gobernadores que se acercan a Milei. Los casos emblemáticos son los del salteño Gustavo Sáenz y el catamarqueño Raúl Jalil, que prestaron votos para la Ley Bases y el RIGI y ahora esperan cosechar esos frutos en fuertes inversiones mineras.

El éxito del látigo y la billetera de Milei se expresa en todo su esplendor en estas actitudes de gobernadores que, asfixiados en la primera etapa de la gestión, entregaron su apoyo y ahora lo profundizan para obtener recursos o condiciones políticas que permitan generarlos. La contracara tampoco resulta muy tentadora para los mandatarios que todavía oscilan, materializada en los “Chachos”, la cuasi moneda que el peronista ultra opositor riojano, Ricardo Quintela, tuvo que emitir para sostener una provincia al límite.

Kicillof en su encrucijada: Aislado por Milei y el tardío apoyo K

SILENZIO STAMPA

El aislamiento de Kicillof se vuelve más preocupante puertas adentro de UP. Por fuera de la tropa propia bonaerense, se demoraron notablemente las manifestaciones de apoyo de peso para el gobernador en su disputa con Milei. Con unas pocas excepciones, sus aliados por fuera del propio kicillofismo oscilaron en las últimas horas entre el silencio estruendoso, la afirmación de perfiles propios y hasta la celebración del anuncio para Río Negro.

La Cámpora, que entró en las últimas semanas en una paz táctica con el gobernador bonaerense, en las primeras horas poco hizo por defenderlo en su posición de principal opositor a Milei. La primera plana bonaerense de la organización que conduce Máximo Kirchner estuvo más dedicada en los últimos días a una campaña contra un pacto de impunidad por el intento de asesinato a CFK que en implicarse en la discusión más importante en las últimas décadas para la PBA. La única que salió a posicionarse hasta el momento de estas líneas fue Mayra Mendoza, jefa comunal de Quilmes, quien expresó que “como dijo el gobernador Kicillof, la única realidad es que Milei decidió castigar a los bonaerenses porque no lo votaron”.

Eventualmente, el silencio se quebró en la tarde del miércoles, cuando casi 24 horas después del anuncio de la instalación de la planta en Río Negro el PJ bonaerense emitió un comunicado respaldando los argumentos centrales de la exposición matutina del gobernador. Nobleza obliga, la demorada defensa indica solo en una ocasión el nombre de “Kicillof”, en tanto que centra la exposición en el “castigo ideológico” de Milei a la Provincia y en la “irresponsabilidad" de Nación así como de YPF y su “votación intempestiva”, al tiempo que retoma la desmentida sobre la validez del RIGI. El mensaje no deja de resultar potente en tiempos de crisis interna en el peronismo bonaerense, mas brilló por su ausencia durante las horas más urgentes del conflicto.

X de PJ Provincia de Buenos Aires

Mientras tanto, más temprano el intendente camporista de Bahía Blanca, Federico Susbielles, brindó una conferencia de prensa en la que reafirmó su perfil local sin ubicarse muy cerca del gobernador ni mostrar una estrategia conjunta. “El tiempo dirá si esto es solo un daño a Bahía Blanca o para todos los argentinos”, fue una de sus declaraciones más resonantes, en la que aparecen dos sujetos, bahienses y argentinos, y faltan los bonaerenses a los que Kicillof les habló la misma mañana.

“Bahía Blanca hizo todo lo que debía hacer y más”, otro ejemplo del discurso localista del intendente, que evidentemente eligió no plegarse demasiado a la provincia. “Los bahienses somos resilientes, somos fuertes y hoy claramente han colocado a la ciudad en una situación de desventaja. Bahía se tiene que mantener unida e inexorablemente nos vamos a encontrar con ese destino que la Argentina nos tiene reservado”, dijo Susbielles en otro pasaje de su discurso donde lo bonaerense y Kicllof no ocuparon líneas importantes.

Kicillof en su encrucijada: Aislado por Milei y el tardío apoyo K

Peor aún para la posición del gobernador resulta el tweet del senador kirchnerista Martín Doñate, un mimado de CFK que recibió a la expresidenta en su visita a la provincia del año pasado, y que también en las últimas horas se sumó a la campaña contra la impunidad de quienes intentaron asesinarla. “ALEGRÍA Y ORGULLO RIONEGRINO” encabezó su mensaje Doñate, en el que expresó: “Celebramos con enorme alegría que la gran inversión que tiene proyectada nuestra empresa nacional YPF y Petronas (Malasia) se desarrolle en nuestra provincia de Río Negro”.

El senador kirchnerista se paró como parte del lobby provincial para conseguir la inversión, afirmando “estamos satisfechos que se hayan tomado los argumentos que hiciéramos junto a distintos sectores de nuestra región para que la planta de GNL se construya en Punta Colorada y que el este rionegrino se constituya en un polo energético. Reafirmamos nuestra visión que lo que se produce en la Patagonia, tiene que exportarse desde la Patagonia”. Antes y después de ese tuit, Doñate reposteaba mensajes de la primera línea camporista como el intendente de Hurlingham, Damián Selci, o la legisladora porteña Lucía Cámpora, relacionados al atentado contra CFK.

X de Martin Doñate

La propia expresidenta, siempre atenta para posicionarse en los temas políticos centrales y estratégicos, tampoco tuvo hasta el momento de estas líneas nada para decir sobre el cambio de sede para la planta de GNL de YPF, que en 2022 había sido proyectada en Bahía Blanca tras años de estudios técnicos y desarrollos. CFK comunicó ayer que este sábado participará de una conferencia organizada por el Instituto de Formación de Morena, y que girará sobre la actualidad política y electoral latinoamericana. El mismo día en que se oficializaba la decisión de llevar la planta a Punta Colorada, decisión sobre la que CFK no opinó.

Tampoco lo hizo Máximo Kirchner, ni en carácter personal, ni como diputado bonaerense; y tampoco lleva su firma el comunicado del PJ de esta tarde. El proyecto estratégico por el cual el gobernador batalló contra viento y marea, que lo colocó de la peor forma posible en el rol de principal opositor a Javier Milei, no contó en las primeras horas con el apoyo del líder de La Cámpora luego de que se oficializara el revés para Kicillof y la provincia de Buenos Aires. A buen entendedor, pocos silencios.