Aumentazo a la vista: La nafta podría subir casi 20% en julio
Los combustibles se dispararían como consecuencia del esquema de ajuste del impuesto a los combustibles líquidos. El Gobierno podría intervenir para congelar la actualización.
El espiral de incremento de precios podría tener desde la primera semana de julio un nuevo, pesado hito con un fuerte salto de casi 20% en el precio de la nafta a partir del lunes 1 en el marco de la actualización mensual prevista del impuesto a los combustibles líquidos, que llevaría el litro de súper a los cuatro dígitos en la Ciudad de Buenos Aires y a valores similares o mayores en otros puntos del país; si bien no se descarta que el Gobierno Nacional decida “pisar” el aumentazo tal como lo hará en otras áreas.
La fecha es el 1 de julio próximo: desde entonces, el costo de la nafta en el surtidor debería sufrir un alza de 18% en territorio porteño y de cifras similares en otros distritos, por lo que la súper pasaría a venderse a $1.068 por litro en la Ciudad. El salto forma parte del ajuste estipulado por el impuesto a los combustibles líquidos, que debía actualizarse un 115% de acuerdo con lo pautado previamente a base de ajustes mensuales. Sin embargo, el incremento podría no quedar fijo.
Es que el Gobierno Nacional ya ha intervenido en otras oportunidades, entre ellas a principios de mayo, para postergar a través de un decreto la actualización establecida para los combustibles. La iniciativa fue redoblada luego con un nuevo decreto que desplazó la suba hasta julio; y, según trascendió en los últimos minutos, el ministerio de Economía optaría por posponer una vez más el alza únicamente para no gatillar una disparada mayor en la inflación mensual.
De hecho, la administración de Javier Milei ha repetido en las últimas horas ese mecanismo en categorías sensibles para el bolsillo cotidiano como las tarifas de luz y gas, que fueron “pisadas” por el Gobierno y por lo tanto no subirán durante el mes de julio. El argumento detrás de la medida, confirmada este miércoles por fuentes oficiales, es la “estacionalidad” de los valores, si bien en la práctica pesó también a la hora de tomar la decisión el descontento social por las subas en otras áreas y la obsesión de lograr un balance favorable en las estadísticas macro.