Grandes ganadores y súper perdedores de la economía de Milei y Caputo
Mientras bancos, laboratorios y grandes empresarios tuvieron ganancias récord, el primer semestre del Gobierno terminó con 10.000 pymes menos y un desplome brutal del consumo. El modelo de transferencia de riqueza a cara descubierta.
Por fuera de los shows oficialistas del Pacto de Mayo, el desfile militar y una nueva excursión al exterior del presidente, la cruda realidad que atraviesan los argentinos es la de una economía que se cae a pedazos, sin perspectivas concretas de recuperación. Pero, como en cada crisis, las pérdidas y las ganancias están lejos de repartirse equitativamente en la Argentina de la libertad. Mientras la base social sufre las políticas del experto en crecimiento con o sin dinero, tanto en su entramado productivo como en la capacidad de consumo de la población, los grandes empresarios del país ostentan ganancias extraordinarias en estos seis meses que dispararon sus rentabilidades a niveles récord.
Un informe conjunto del centro CIFRA de la CTA y FLACSO reveló recientemente los niveles de ganancias de las grandes empresas argentinas que cotizan en bolsa, a partir de los números informados por las propias empresas. Las rentabilidades fabulosas que en plena crisis lograron muchas de ellas expone el verdadero rostro del ajuste, que el informe define como “una profunda redistribución regresiva del ingreso, cuya dimensión y desenlace es aún desconocido”.
En el planteo de CIFRA y FLACSO queda claro que esos niveles de ganancia son el resultado directo de las decisiones de política económica de Milei y Caputo, más allá de todas las piruetas discursivas que intenten para responsabilizar al gobierno del FdT. “La devaluación desencadenó una redefinición de precios relativos que se sustenta en una importante traslación de ingresos en favor de la rentabilidad empresaria, en especial de las grandes empresas y grupos económicos”, expresaron en el informe.
Los centros de estudio expusieron que diez de las empresas más importantes del país tuvieron ganancias superiores al 40% en el primer trimestre del año, cuando la mayoría de la sociedad pagaba el costo de la devaluación y el ajuste de Milei. Aeropuertos Argentina 2000, del Grupo Eurnekián del cual surgieron el presidente y muchos funcionarios del Gobierno, tuvo utilidades del 80,1% de sus ventas en esos meses. La siguieron Metrogas (74,3%), Pampa Energía (68,3%), del grupo Mindlin, que embolsaron enormes ganancias a partir de la disparada de las tarifas y el precio de los combustibles.
Aluar se quedó con el puesto siguiente del ránking de los súper ganadores con un 52,1% de utilidades, seguida por el Laboratorio Richmond con 51,2%, otro sector que logró fortunas con la venta de medicamentos a la par que los argentinos pueden comprar cada vez menos e incluso interrumpen tratamientos a partir de la disparada de los precios. Mirgor, de Caputo, tuvo utilidades por 51,2% de sus ventas, seguida por Arcor (50,2%), Ternium (49,6%), Loma Negra (45,8%) y el Banco Macro (44,9%). “En todos los casos apuntados se registró un fuerte incremento respecto a sus resultados en el primer trimestre de 2023”, sentenciaron desde CIFRA y FLACSO.
En paralelo a la disparada de la rentabilidad de los grandes grupos económicos del país, beneficiados por la devaluación y la desregulación promovidas por Milei y Caputo, las pequeñas y medianas empresas atraviesan un momento crítico. “Mientras en Brasil el Presidente Lula da Silva crea el Ministerio de las Pymes, en la Argentina su par Javier Milei destruyó en solo seis meses 10.000 empresas”, denunciaron este 9 de julio desde la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), a partir de datos del Indec y AFIP.
La asociación de empresarios pyme fue lapidaria en su crítica al rumbo económico del Gobierno nacional: “Advertimos al Congreso de la Nación y al Gobierno Nacional que este no era el camino para salir de los problemas de la Argentina, no escucharon, y ahora el daño está hecho. Este experimento libertario está destruyendo 50 pymes por día en la Argentina sin plan ni rumbo económico que genere certidumbre sobre le clima de negocios para poder desarrollar nuestra actividad económica en paz”, afirmaron.
Reforzando esa denuncia, esta semana se conoció una caída de las ventas minoristas pyme informada por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que llegó a una retracción interanual del 21,9% en el mes de junio. La caída acumulada en el primer semestre se ubicó en el 17,2%, marcando un escenario donde “la dinámica de las ventas que no despuntan preocupa”.
La CAME informó que “no hubo ningún rubro que haya escapado a la tendencia general”, y publicó las principales preocupaciones de los empresarios pymes recabadas en un relevamiento sobre 1.276 empresas. La falta de ventas fue por lejos el principal obstáculo identificado por el 57,6% de los empresarios consultados, mostrando la cara más dura de la recesión. Sumado a esto, la segunda problemática más mencionada fue el aumento en los costos de producción que destacó el 23,4%. Resulta destacable también el 7% que expresó tener problemas de cobranza, indicando un signo de alarma sobre la posibilidad que la cadena de pagos empiece a resentirse con la profundización de la recesión. La principal respuesta que los empresarios pyme encuentra a esta situación es la reducción de gastos operativos, señalada por el 35% de los consultados, lo cual también alerta sobre el riesgo del aumento de los despidos y el crecimiento del desempleo.
Hilando más fino, también preocupa ver cuáles son los rubros en los que se vieron grandes caídas del consumo. El mayor fue perfumería, con un retroceso interanual del 42%, pero inmediatamente después aparece Farmacia, con un 32,8% menos de ventas que en el mismo mes del 2023. A la par que los empresarios farmacéuticos embolsan ganancias extraordinarias con la desregulación de la economía, a los consumidores se les hace cada vez más difícil acceder a algo tan básico y necesario como los medicamentos.
El cuadro empeora al considerar el siguiente rubro de la caída, que fue el de Alimentos. En la comparación interanual, junio mostró un 26,6% menos de ventas que el mismo mes el año pasado. El dato del consumo de carne per cápita en su mínimo en más de un siglo es uno más de los escalofriantes exponentes de esta crisis de consumo, que impacta a su vez en la producción y en empleo de los argentinos.
El estado de crisis preocupa aún mucho más cuando se tienen en cuenta los pésimos resultados en otros puntos de la economía, que indican la posibilidad de que la caída se siga pronunciando. La recesión desatada por la devaluación de Milei y Caputo no redundó en una acumulación de reservas significativa, lo cual hace semanas que viene tensionando el tipo de cambio paralelo que no para de subir. Sin financiamiento externo, con los sectores exportadores empujando por una nueva devaluación y con un saldo negativo entre las reservas y las deudas acumuladas, por ejemplo con importadores, el panorama aparece sombrío para la economía nacional que no da señales de recuperación.
Con el equilibrio fiscal como mantra incuestionable, el Gobierno Nacional se mete en un laberinto en el cual la propia recesión puede impulsar un ajuste cada vez más agresivo. La caída de la recaudación impositiva, que llegó a 15 puntos en junio, da cuenta de que sin la rueda de la economía girando el Gobierno no tendrá otra herramienta para sostener su forzado superávit fiscal que profundizar el ajuste. Y el ajuste seguirá impactando de lleno en el poder adquisitivo de los salarios y por ende en el consumo, agravando la recesión como un perro que se muerde la cola. Una película de terror tristemente repetida muchas veces en la historia argentina, que el Gobierno de Milei se empeña en negar pero frente a la cual no encuentra soluciones, y que tiene los mismos grandes ganadores y los súper perdedores de siempre.